Gordon Brown proclama su derecho a suceder a Blair, pero no es favorito en sondeos
Ministro británico de Finanzas defiende alianza con EU en la invasión a Irak
Ampliar la imagen El premier Tony Blair y el titular de Finanzas de Gran Bretaña, Gordon Brown (derecha), en el congreso del Partido Laborista, en Manchester Foto: Reuters
Londres, 25 de septiembre. Gordon Brown, ministro de Finanzas de Gran Bretaña y autoproclamado este lunes como virtual sucesor de Tony Blair al frente del gobierno británico, defendió la alianza con Estados Unidos en la invasión a Irak y Afganistán, a pesar de que la política exterior de los laboristas ha provocado una pérdida en el nivel de aprobación de los electores.
"Las actitudes antiestadunidenses no tienen futuro en este país", aseveró Brown en una entrevista con la televisora BBC, poco antes de que se presentara en el congreso anual de los laboristas.
"Los valores estadunidenses, que son también de los británicos, como la democracia y la justicia, son los valores de la amplia y decente mayoría de la gente en este mundo", consideró Brown, quien se ha pronunciado pocas veces sobre temas de política internacional.
"Creo que George W. Bush supo desde el 11 de septiembre cuál era exactamente el problema: el terrorismo internacional."
Animado por un congreso laborista que lleva ya la cuenta regresiva para cerrar la era de Blair, Brown se animó a proclamar su derecho a suceder al primer ministro, aunque las encuestas de opinión pública dan ventaja al opositor David Cameron, del Partido Conservador, para ocupar la jefatura de gobierno.
Según una investigación de la firma YouGov, publicada por el periódico Daily Telegraph, 25 por ciento de los ciudadanos votaría por el Partido Laborista y 30 por ciento por los tories (conservadores) si tuvieran que escoger entre Brown y Cameron como líderes parlamentarios. Según el sondeo, los votantes se inclinarían por el laborismo si la contienda fuera entre Blair y Cameron.
Brown aprovechó su presentación en el congreso celebrado en la ciudad de Manchester para poner distancia con Blair, en un discurso en el que afirmó que el próximo gobierno laborista deberá llevar a cabo un "desfasamiento radical del poder, desde el centro", y fortalecer la ayuda a la población más pobre del país.
Amigo de Blair desde sus inicios en el Partido Laborista, en los años 80, Brown se pronunció por examinar la forma en que se toman las decisiones en el régimen británico. El Parlamento, no el gabinete, debería tener la última palabra para ir a una guerra, aunque es necesario dejar "un margen para las acciones de emergencia", manifestó.