Bajo la lupa
Reunión secreta de Banff Springs: el control militar de Bush sobre México
Ampliar la imagen A Tony Garza, embajador estadunidense, y aspirante a la gubernatura de Texas, parecen caerle como anillo al dedo los planes esbozados por Caspar Weinberger FOTOAp
Antecedentes: mientras en fechas recientes al conglomerado de "cristianos sionistas" le asuela la duda entre invadir Irán o México, cuatro años antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Caspar Weinberger, ex secretario de Defensa del presidente Reagan, en el libro La próxima guerra, con el prólogo invaluable de Margaret Thatcher, esbozó una serie de planes irredentistas a varios países (Irán, Corea del Norte, etcétera) que incluian a México, gobernado por una narcocracia, un escenario que ignora la mitocracia foxiana y que parece caerle como anillo al dedo al embajador bushiano Tony Garza, aspirante a la gubernatura de Texas por el Partido Republicano. Las guerras previstas de la dupla anglosajona Weinberger-Thatcher prolongan de facto el corpus teórico de la "doctrina Wolfowitz".
A propósito, Caspar Weinberger, defenestrado por el escándalo Irán-contras, fue sustituido en el Pentágono por Frank Carlucci, hoy director del conglomerado energético-petrolero texano Carlyle, que maneja los intereses del nepotismo dinástico de los Bush.
En nuestro artículo "ASPAN: La Venta de México por COMEXI y el ITAM" (16/11/05), que resultó premonitorio, expusimos sus antecedentes vertidos en el documento Nuevos horizontes -publicado "nada casualmente siete días después de los atentados del 11 de septiembre, lo cual delata la imposición de la agenda unilateral bushiana"-, donde abundan los nombres entreguistas de la fauna neoliberal "mexicana", fecundados y sedimentados en un cuarto de siglo en el poder plutocrático (De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, y que ahora intenta perpetuarse con Felipe El Breve); también exploramos la posibilidad de la deglución de México al Comando Norte (North-Com): "en materia de seguridad, la nueva obsesión de EU, que pasa del malogrado 'combate a las drogas' al frustrado 'combate contra el terrorismo global', se propone un 'perímetro (sic) común de seguridad para 2010' ¿Incluirá al Comando Norte (NorthCom)?"
Agregamos que "el portal del NorthCom, cuyo prístino mapa geográfico llega hasta el Canal de Panamá, asienta que su 'área de operaciones es el 'frente del hogar' de EU, que incluye sus cercanías (sic) en el espacio, tierra y mar, que abarca la parte continental de EU, Alaska, Canadá, México (¡súper sic!) y las aguas que rodean hasta aproximadamente (sic) 500 millas náuticas. También incluye el Golfo de México (¡súper-sic!), Puerto Rico y las Islas Vírgenes de EU'. ¿El texanizado Fox estará enterado de que 'México' fue incorporado sin permiso, por omisión o comisión, al Comando Norte de EU?"
Se ha vuelto una perogrullada exponer el apetito insaciable de la teocracia bushiana por el petróleo mexicano, y en los documentos enunciados abundan los nombres de las trasnacionales bancarias y energéticas de EU que apadrinan a COMEXI, que dirige el israelí-venezolano Andrés Rozental Gutman, naturalizado mexicano (además de cuñado de Andrés Holzer Neuman, presunto jefe de la estación del "Irán en Contras" en México), instrumento de la banca israelí-anglosajona y medio hermano de Castañeda Gutman, primer canciller del foxismo decadente.
Hechos: la reciente reunión secreta de Banff Springs (Canadá) del 12 de septiembre, un día después del quinto aniversario del 11/9, se caracterizó por el gigantismo representativo de la delegación de EU (31 miembros al más alto nivel) frente al patético enanismo mexicano que acudió con 18 miembros (al más bajo nivel y sin ningún militar). En Canadá, representada por 32 miembros de alto nivel (entre ellos cuatro militares), la reunión secreta ha causado furor debido a los acuerdos secretos tomados a espaldas de la nación.
La relevancia se centra en que EU fue representado por dos superpesos pesados: George Schultz (anterior secretario de Estado de Reagan y director de la poderosa trasnacional Bechtel) y Donald Rumsfeld (secretario del Pentágono, aliado impertérrito de Dick Cheney), que se pudieran catalogar, más allá de los puestos nominales que ocupan, como los principales diseñadores de la política trasnacional-militar de EU, y además cobijados con la presencia de la crema y nata del "complejo militar-industrial", lo cual denota la hipermilitarización del ASPAN (vulgarmente bautizado como el "TLCAN Plus").
El mercantilismo primigenio del TLCAN de hace 14 años ("El espíritu de Houston"), etapa del expansionismo globalizador de EU, ha quedado totalmente superado por la fase hipermilitarista bushiana cuajada después del 11/9 a escala global, y hasta suena aburrido señalar la presencia de la petrolera Chevron frente a los nuevos participantes: almirante Tim Keating, comandante del Comando-Norte (NorthCom); George Miller, director del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (de investigaciones nucleares); Ronald F. Lehman II, director de investigaciones del mismo laboratorio nuclear Livermore; James Schlesinger, ex secretario de Defensa y Energía (quien, por cierto, se burló de López Portllo al dejarlo con las llaves del gas en las manos); William Perry, codirector de Defensa Preventiva (sic); James Woolsey, anterior director de la CIA y ahora vicepresidente de Booz Allen Hamilton (que, como la consultora McKinsey, no pocos consideran al servicio de la CIA); mayor general Mark Volcheff, director de Planes, Política y Estrategia de NORAD-NorthCom; teniente general Gene Renuart, alto militar de la fuerza aérea y asistente personal de Rumsfeld, entre otros.
Nadie en la delegación "mexicana", en su mayoría (des)compuesta por verdaderos papanatas, posee la dimensión estratégica militar ni las credenciales científico nucleares de los representados por EU.
Sería un grave error de juicio deslindar a las trasnacionales petroleras y bancarias de EU de su omnipotente ejército que le brinda su paraguas nuclear para enajenar los recursos ajenos de los países vulnerables.
De allí que haya resultado inquietante la presencia de la cúpula del Laboratorio Nacional Livermore Lawrence, y de Ron Covain, director de Lockheed Martin, contratista del Pentágono y una de las principales empresas aereoespaciales y de tecnología avanzada del mundo, además constructora del "muro virtual" con México.
A reserva de confirmarlo, nuestras fuentes en Boston nos comentan que Lockheed Martin y Raytheon (otra contratista del Pentágono) adquirieron fuertes intereses en Hildebrando, SA de CV, del cuñado de Felipe El Breve". ¿Será?
Esta nueva dimensión hipermilitar del siglo XXI no la entiende el castañedista ultramontano con ínfulas de genio globalizador: el armenio-"mexicano" Arturo Sarukhán Casamitjana, al servicio de Felipe El Breve, quien se quedó anclado en el mercantilismo de la década de los noventa del siglo pasado, lo que delata la ausencia de militares profesionales mexicanos, ya no se diga de científicos, en la reunión secreta del Banff Springs.
A propósito, ¿qué opinarán los militares mexicanos de estos arreglos tras bambalinas y a sus espaldas por los mercaderes entreguistas neoliberales con el fin de descolgar jugosas comisiones en detrimento de la nación?