Pide a su partido mantenerse unido para ganar las próximas elecciones
Blair se despide ante laboristas con una férrea defensa a su política exterior
Ampliar la imagen Tony Blair y su esposa, Cherie, despu�s del discurso ante miles de delegados durante la conferencia anual del Partido Laborista celebrada en Manchester FOTO Ap
Manchester, 26 de septiembre. Al reconocer que le "es difícil" dejar el poder, el primer ministro Tony Blair se despidió hoy de su Partido Laborista, en un discurso en el que defendió su política exterior y la agenda "progresista" que "transformó" a Gran Bretaña. "El terrorismo no es culpa nuestra" ni "la consecuencia de nuestra política exterior", aseveró en el mismo discurso.
"Es difícil partir", admitió Blair, ante miles de delegados laboristas reunidos en esta ciudad del noroeste de Inglaterra, que le rindieron una ovación de pie de más de siete minutos.
En un discurso de una hora, interrumpido más de 50 veces por aplausos, Blair hizo un balance de sus nueve años a la cabeza del gobierno, apelando a su partido a continuar y profundizar los valores "progresistas" del Nuevo Laborismo, del que él fue, junto con el ministro de Finanzas, Gordon Brown, el arquitecto.
Blair no rehuyó el tema que provocó el lunes un revuelo en el Congreso Laborista: los comentarios atribuidos a su esposa Cherie, tachando a Brown de mentiroso, mientras éste rendía un homenaje al primer ministro.
Pero Blair, quien tiene una larga amistad y rivalidad con Brown lo hizo con humor al señalar: "Al menos, no tengo miedo de que mi esposa huya con el vecino".
El líder británico urgió a su partido a conquistar un cuarto mandato, y derrotar a "los conservadores de David Cameron", dados como favoritos por todos los últimos sondeos.
El líder británico defendió enérgicamente su política exterior, incluyendo la ocupación de Irak, que le ha costado una fuerte caía en popularidad, en su nivel más bajo desde que asumió el poder en 1997.
Blair rechazó también con firmeza que el aumento de atentados terroristas sea una consecuencia de esa política exterior y de su estrecha alianza con Estados Unidos en Irak, Afganistán, en Líbano, y añadió que "la guerra contra el terrorismo global" durará quizá "más de una generación".
Tras varios meses de agitación y controversia en las filas laboristas, que lo llevaron a anunciar el 7 de septiembre que dejará el poder antes del próximo Congreso, en un año, Blair lanzó asimismo una tácita advertencia a su partido de que la desunión podría llevarlo a una derrota.
Aprovechó la alocución para elogiar a Brown, al afirmar que el "nuevo laborismo" que les posibilitó alcanzar el poder, en 1997, "no habría tenido lugar" sin Gordon Brown", quien el lunes dejó claro su ambición de sucederlo en Downing Street.