Recibe una deuda pública colosal de 170% del PIB
Shinzo Abe, nuevo primer ministro de Japón; reactivará el diálogo con China
Ampliar la imagen Shinzo Abe, nuevo primer ministro japonés, ayer en el Parlamento Foto: Ap
Tokio, 26 de septiembre. El halcón Shinzo Abe, de 52 años, que se convirtió hoy en el primer ministro japonés más joven desde el final de la Segunda Guerra Mundial, declaró su intención de promover un país fuerte y respetado en el mundo y de reanudar el diálogo con sus vecinos, sobre todo con China.
Tal como estaba previsto, el jefe del Partido Liberal-Demócrata (PLD, en el poder) fue designado como primer ministro por el Parlamento, donde el PDL dispone de amplia mayoría.
Su predecesor y mentor, el liberal Junichiro Koizumi, de 64 años, decidió dejar el poder en la cumbre de su popularidad, luego de dos mandatos a la cabeza del PLD.
Abe presentó inmediatamente su gobierno, y confirmó en su cargo al canciller Taro Aso, que tendrá por delante la difícil tarea de reactivar el diálogo con China, algo por lo que han presionado medios empresariales dado que Pekín es el primer socio comercial de Tokio.
Durante su primera conferencia de prensa, Abe se comprometió a mejorar las relaciones con los países vecinos, y especialmente con China, interrumpidas durante el mandato de Koizumi.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, envió un telegrama a Abe, en el que comunicó la voluntad de "hacer esfuerzos sin descanso para desarrollar las relaciones de cooperación amistosas y de buenos vecinos entre ambos países".
En tanto la Casa Blanca, al felicitar al flamante premier, dijo que mantendrá el papel de Japón como "una buena fuerza para la región".
Abe también representa a la nueva generación de funcionarios japoneses nacidos en la post-guerra que desean reformar la Constitución pacifista de 1947 para aumentar la influencia de Japón en la arena internacional, y como ministro de Defensa designó a un partidario de la reforma constitucional, Fumio Kyuma, de 65 años.
La consagración de Abe, heredero de una ilustre familia de políticos conservadores, corona un ascenso de larga data, y satisface el mayor deseo de su padre, ex canciller, quien nunca logró ser primer ministro.
Pero Abe tiene relativamente poca experiencia. En 13 años de carrera política sólo ha ocupado un alto cargo en el gabinete, cuando Koizumi lo nombró vocero y secretario general del gobierno en octubre de 2005.
En el plano interior, el nuevo primer ministro recibe una economía en pleno crecimiento, pero también una deuda pública colosal (más de 170 por ciento del PIB).
Según analistas, tendrá dificultades en imponer sus visiones políticas antes de ganar su primera cita electoral, las elecciones al Senado de julio de 2007. La victoria sería indispensable para consolidar su legitimidad al frente del gobierno japonés.