Al dar luz verde a trasnacionales, Sagarpa permite la privatización del grano: Greenpeace
Aprovechan conflicto poselectoral para lograr permisos sobre maíz modificado
La liberación de siembras de maíz transgénico es el inicio de la privatización del grano mexicano, aseguró Gustavo Ampugnani, coordinador de la campaña de transgénicos de la organización ambientalista internacional Greenpeace, tras conocer la decisión tomada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) de retractarse respecto a la cancelación de permisos de experimentos con transgénicos a empresas trasnacionales.
El pasado 22 de septiembre, el titular de la Sagarpa, Francisco Mayorga, había reconocido públicamente que pospondría los experimentos con maíz transgénico planeados para este año, argumentando la falta de un régimen de protección especial que resguarde el maíz criollo. Sin embargo, el pasado lunes la dependencia desmintió las declaraciones realizadas por el secretario e informó a Greenpeace que mantendría su posición de atender a los productores del norte del país que quieren plantar maíz transgénico.
"Esta situación refleja la falta de seriedad de la Secretaría de Agricultura al presentar esa interpretación superficial, porque sabemos que no todos los productores del norte quieren plantar maíz transgénico y que esas siembras experimentales no están diseñadas con base en criterios científicos ni en el cumplimiento de la ley de bioseguridad" afirmó Ampugnani.
Por otro lado, señaló que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) "se está escondiendo y no quiere hacer públicos sus dictámenes. Esto evidencia un conflicto en el interior de las secretarías de Estado, y sabemos que este tema también está ocasionando situaciones contradictorias en cada secretaría"
La aceptación de las siembras experimentales de maíz transgénico complacería las siete solicitudes presentadas por las trasnacionales Monsanto, Pioneer y Dow Agrosciences, de aplicar en México esta tecnología y, según informó el ambientalista, los experimentos comenzarían a finales de octubre. "La industria aprovechó el conflicto poselectoral para tratar de sacarle a la autoridad saliente los premisos para siembras experimentales, y así comprometer al próximo gobierno a seguir esa línea. Pero para llevar a cabo una decisión de tal magnitud, es necesario promover un debate más profundo e incluir en él a otros sectores de la sociedad, como organizaciones campesinas, indígenas y miembros de la comunidad científica", precisó.
El ambientalista aseguró que la entrada de maíz transgénico al país representaría "abrirle las puertas a la contaminación del maíz nativo y a la privatización del grano mexicano". Por tal motivo, aseguró, "vamos a agotar las vías legales para detener los intentos de introducción de este grano en el país, porque este tema no sólo tiene implicaciones ecológicas, sino también éticas, filosóficas, culturales, alimenticias, económicas, políticas y sociales. Los promotores de esta tecnología quieren presentarla como algo meramente comercial o agrícola, y no tienen en cuenta que el maíz es el centro de la cultura mexicana".