La filóloga habla del libro que recoge su visión de miles de cantares medievales
Destaca Margit Frenk la notable riqueza de la poesía popular de México
A cada rato surgen nuevos sones, jarabes y canciones, señala la académica
''La voz de la rebeldía de las mujeres'' se manifiesta en algunas composiciones
Ampliar la imagen Margit Frenk, ayer, durante la entrevista con La Jornada. La filóloga narra que desde pequeña le gustaban los refranes y las canciones Foto: Luis Humberto González
La poesía popular de México es riquísima y muy viva, ''a cada rato surgen nuevos sones, nuevos jarabes, nuevas canciones, es muy notable. Un grupo de amigos hacemos la Revista de Literaturas Populares, publicación semestral de la que llevamos ya seis números; ahí recogemos muchas cosas del folclor mexicano: relatos, refranes, canciones y estudios. La poesía popular es un fenómeno histórico", señala una entusiasmada Margit Frenk.
En entrevista con La Jornada, a propósito del libro editado recientemente por el Fondo de Cultura Económica (del que ofrecimos una reseña el sábado 23 de septiembre) en el cual se recopilan 44 artículos de Frenk que ofrecen una visión integral de los miles de cantares medievales que la especialista ha analizado, la filóloga contagia su gran interés por la lírica popular hispánica.
''En el siglo XVII cambió de cuajo la lírica popular, entró una nueva poesía con muchos elementos cultos, pero que igual se folclorizó; sin embargo, la poesía anterior a ese corte temporal es extraordinaria", explica la recién galardonada con el Premio Internacional Alfonso Reyes.
Agrega que su materia de estudio está conformada por ''canciones deliciosas, chiquitas, importantes por su valor estético, pero también porque nos dan una idea del imaginario de la gente de pueblo de la Edad Media.
''Por ejemplo, muchas son canciones puestas en boca de mujer. Cuando uno analiza cómo era la vida de las mujeres de entonces, hay dos cosas: entre los campesinos, artesanos y pequeños comerciantes la mujer trabajaba junto a los hombres.
''Pero al mismo tiempo estaba muy controlada por el padre y después por el marido. Es decir, gozaba de libertad por estar trabajando, pero había un control sobre su vida. Entonces las canciones de mujer expresan las fantasías de ellas, no la realidad.
''Los cantares hablan de muchachas muy desenfadadas, que se expresan con una gran franqueza de sus amores. Es la voz de la rebeldía. Hablan de lo que hubieran querido que fuera, pero que no corresponde a la realidad."
Frenk señala que hasta la fecha continúa la discrepancia entre algunos investigadores en cuanto a reconocer a las mujeres como compositoras de varios cantares antiguos.
Entre el trabajo y el control masculino
''Un colega al que aprecio mucho, Vicente Beltrán -prosigue Margit Frenk-, dice que aunque sean simples y chiquititas, esas canciones no las pudieron componer mujeres. A mí me impresiona una y otra vez esa postura. Yo defiendo la tesis de que sí hubo autoras, porque existen experiencias y sentimientos tan de mujer que es muy difícil que las exprese un hombre.
''Además, está esa rebeldía que a los hombres no les convenía que se cantara. Ahí están y nos dan una idea, más que de la situación vital de las mujeres, de esa contradicción entre su vida de trabajo y el control que ejercían los hombres sobre ellas."
La autora del Nuevo corpus de la antigua lírica popular hispánica (siglos XV-XVII) y de Poesía popular hispánica: 44 estudios recuerda que desde pequeña le gustaban los refranes y las canciones; ''cantaba corridos y canciones de tipo popular de la Edad Media".
Fue hasta la universidad, en el curso de literatura medieval, cuando leyó un ensayo de 1919 de Vicente Espinel titulado La primitiva poesía lírica española, que se deslumbró por el tema: ''ahí empezó todo", asegura.
''Advertí que se trataba de un campo casi virgen, no porque los poemas no fueran hermosos, sino porque se encuentran dispersos en centenares de fuentes antiguas, desde finales del siglo XV hasta finales del XVII. Mi tesis de licenciatura fue sobre la lírica popular del Siglo de Oro.''