Persiste en reclamar la restitución del ex convento de Santa Catalina de Siena
Francisco Toledo: que el gobierno devuelva a la nación lo que le quitó
Con Pro-Oax encabeza la batalla por recuperar el inmueble en posesión de una empresa hotelera
Emplaza el artista al director de Fonatur para que resuelva el problema ''antes de irse''
Ampliar la imagen Francisco Toledo no ceja en su lucha por reivindicar los bienes de la nación Foto: María Meléndrez Parada
Que se devuelva a la nación el antiguo convento de Santa Catalina de Siena, ubicado en la ciudad de Oaxaca y que se anule la escrituración a nombre del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), que facilite la venta del histórico inmueble, es la demanda que reitera el Patronato Pro-Oax, institución fundada por el pintor y promotor cultural Francisco Toledo.
Construido en el siglo XVI, hoy el edificio está en posesión de una empresa hotelera -cuyo contrato de administración se vence este año-, ha captado la atención del país debido a los sucesos del domingo 24.
Al respecto, Toledo apela a la opinión pública ante el ''incumplimiento de palabra" de John MacCarthy Sandland, director general de Fonatur (ver inserción publicada ayer en La Jornada), para corregir las ''ilegalidades" cometidas al convertir este bien nacional en propiedad de ese fondo.
No obstante que el artículo 36 de la Ley sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos protege a los bienes pertenecientes a la nación, en 1974 Luis Echeverría decretó el rescate del ex convento, restaurándolo para destinarlo mediante un fideicomiso de administración a un hotel de Nacional Hotelera, empresa paraestatal del gobierno federal. En 1988, Miguel de la Madrid ordenó la terminación de ese fideicomiso.
Lo correcto hubiera sido que el inmueble regresara a su estatus de bien nacional inalienable, de acuerdo con la ley, pero eso no ocurrió.
Venta frustrada
En un recuento del Patronato Pro-Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural del Estado de Oaxaca (Pro-Oax), un análisis jurídico señala: ''El decreto de Miguel de la Madrid dispuso que los bienes del mencionado fideicomiso pasaran a Fonatur. El fideicomiso fue de administración, así, el ex convento no formó parte del patrimonio del fideicomiso, pero fradulentamente, en un convenio privado de funcionarios que no tenían la representación legal del gobierno federal, mucho menos del Estado mexicano, aportaron el ex convento a Fonatur.
''Este término aportaron no es legal en este tipo de convenios. Por tal motivo Fonatur intentó venderlo al Camino Real pero, ante la oposición de Pro-Oax, se canceló la venta y se le dio en contrato de administración por 12 años, que vence en 2006.
''La postura del patronato es que se reivindique el inmueble como bien nacional, anulando la escritura de Fonatur, y si el gobierno federal desea seguir usufructándolo como hotel, que sea a través de una concesión que es la forma que la ley señala para disfrutar privativamente de los bienes de la nación".
De acuerdo con Pro-Oax, Fonatur propuso crear un fideicomiso de 50 años, lo cual confirma su carácter de propietario.
Esperan respuesta del funcionario
Entrevistado, Toledo expresó que en una reunión con MacCarthy, en 2001, el funcionario reconoció que hubo ''ilegalidades" cuando el ex convento pasó a ser propiedad de Fonatur. Inclusive, el 7 de agosto del mismo año, MacCarthy dirigió un oficio a Pro-Oax, en el que manifestó su interés ''por resolver el caso a la brevedad''.
Después de eso las cartas de la asociación civil ya no fueron contestadas, afirmó Claudina López, integrante de Pro-Oax. De acuerdo con Toledo, MacCarthy llegó a comentar que el patronato quería quedarse con el inmueble. Para el artista esta es una manera de decir ''no lo doy", como si fuera de su propiedad, porque ''piensa que es un pleito por el edificio".
El artista espera que el funcioanrio ''responda a nuestra carta públicamente". De ser así, ''argumentaríamos con las leyes en la mano, que lo hecho no fue correcto". Pero si MacCarthy ''no responde antes de irse", entonces ''con la nueva administración vamos a insistir que se devuelva el inmueble a la nación, que siga funcionando como hotel y que la concesionaria pague lo que debe pagar. Si ese dinero llega a Oaxaca para beneficio de la cultura o de la salud, bienvenido".
Hay que tener ''mucho cuidado con vender bajo cuerda, porque es un acto penado por la ley", advirtió Carlos Flores Marini, ex presidente del capítulo mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios.