Mantendrá sobrevuelos de vigilancia para impedir tráfico de armas hacia Hezbollah
Abandona Israel últimas posiciones que ocupó en Líbano, excepto Ghajar
Jefe militar israelí admite que fue "regular" la actuación del ejército contra la milicia chiíta
Ampliar la imagen Un libanés muestra una bandera dejada por las tropas israelíes tras su retirada del poblado de Maroun Al-Ras, en el sur de Líbano Foto: Reuters
Beirut, 1º de octubre. El ejército israelí abandonó este domingo las últimas posiciones que ocupó durante más de dos meses en el sur de Líbano, con la excepción de la localidad de Ghajar, sector fronterizo estratégico del que podría retirarse la próxima semana, informó la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL).
La retirada de unos 200 soldados se desarrolló al alba, sin incidentes, confirmó el ejército de Israel en un comunicado, en el que precisó que al replegar sus tropas cumplió con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Israel subrayó que el gobierno de Líbano es ahora responsable de la calma en las zonas evacuadas, y por lo pronto se mantendrá en el sector de Ghajar hasta que se alcance un acuerdo sobre seguridad con los cascos azules de la FINUL y el ejército libanés.
Los cascos azules ya comenzaron a patrullar el área con el fin de asegurarse "de que no haya fuerzas de defensa israelíes presentes" en las zonas evacuadas, que serán devueltas mañana al ejército libanés, señaló el portavoz de la ONU Alexander Ivanko.
El máximo responsable de la FINUL, general Alain Pellegrini, adelanta ya conversaciones sobre el retiro de Ghajar, y espera que los israelíes salgan la próxima semana de la zona.
Durante su ofensiva contra la milicia chiíta libanesa Hezbollah, entre el 12 de julio y el 14 de agosto pasados, que dejó unos mil 200 civiles muertos, el ejército israelí tomó el control de Ghajar -situada entre Líbano y la región siria del Golán, anexada por Israel en 1981- y levantó fortificaciones para aislarla del resto de este país.
El 14 de agosto entró en vigor el cese de las hostilidades en cumplimiento de la resolución 1701, lo que abrió la vía a la retirada de los 30 mil soldados israelíes desplegados tras el secuestro, el 12 de julio, de dos militares israelíes por Hezbollah, que permanecen en cautiverio.
Israel advirtió además que mantendrá los sobrevuelos en territorio libanés para impedir el tráfico de armas hacia Hezbollah, al que advirtió que "si se acerca a la frontera con armas y trata de reconstruir la infraestructura que destruimos, utilizaremos todos los medios para impedirlo", de acuerdo con el jefe del estado mayor, general Dan Halutz.
La radio militar israelí indicó que el ejército desplegó tropas del lado de su frontera con Líbano para estar preparado en caso de una nueva escalada de las hostilidades.
En entrevista con el diario israelí Yediot Aharonot, Haluz reconoció que fue "regular" la actuación del ejército bajo su mando en Líbano, e indicó que esta apreciación afecta a todas las áreas de comando.
Admitió que fue muy grande la diferencia entre las expectativas en vista de los pasados éxitos militares de Israel y la realidad. "Eso explica la gran decepción que existe", expresó Halutz, quien se negó a dimitir pese a considerarse "responsable de todo lo que pasa en el ejército".
Sin embargo, aseguró que si se llegara a la conclusión de que debe asumir consecuencias personales por su forma de actuar, no dudaría en hacerlo.