Busca hacer efectiva declaración de esta zona como patrimonio cultural y natural
Impulsa UNESCO el rescate de las chinampas y humedales de Tláhuac
Muestran deterioro evidente derivado del anárquico crecimiento de construcciones
Ampliar la imagen Arando la tierra en las chinampas de Mixquic, delegación Tláhuac, mismas que se pretende incorporar como patrimonio de la humanidad Foto: Roberto García Ortiz
Ampliar la imagen El embarcadero de los Reyes Aztecas, en la delegación Tláhuac Foto: Roberto García Ortiz
Ante el paulatino deterioro que enfrenta el sistema de chinampas y los humedales de la delegación Tláhuac, derivado de los asentamientos humanos, la sobreexplotación del manto acuífero y las descargas de aguas residuales, la UNESCO inició un proceso para hacer efectiva la declaración de esta zona como patrimonio mundial, cultural y natural, y con ello comenzar el rescate y la conservación de esta región, que forma parte de los pocos restos de hábitat húmedo dentro del Valle de México.
El organismo internacional entabló el primer contacto con las nuevas autoridades de la delegación, para que se reúna toda la documentación necesaria para incluirla en el decreto presidencial de 1986 que benefició con recursos del los gobiernos local y federal sólo a Xochimilco, pero que aludía también el área de chinampas y los humedales de esta demarcación, donde el deterioro es evidente.
Los islotes dedicados al cultivo de hortalizas han cedido importantes extensiones de terreno a la edificación de viviendas que cuenta con los servicios de luz y agua, a pesar de que a unos pasos, letreros del gobierno delegacional advierten que se trata de un área natural protegida, por lo que se impondrá sanciones hasta con nueva años de prisión a quien invada o construya.
A diferencia de lo que ha ocurrido en Xochimilco, en donde la mayoría de las invasiones se originan por grupos de precaristas ajenos a la comunidad, en la zona de San Andrés Mixquic, el señor Silverio Jurado comentó que principalmente la ocupación de las tierras de cultivo es provocado por el desdoblamiento de las familias de los habitantes del lugar que ante la escasa productividad de sus tierras deciden darles otro destino.
Aunado a ello, la sobreexplotación del manto freático ha provocado que el caudal de los 160 kilómetros de canales disminuya considerablemente, a tal grado que en algunos puntos estos han desaparecido e inclusive las canoas que alguna vez fueron el único medio de transporte para trasladar las hortalizas que ahí se cultivan, se encuentran abandonadas y en desuso.
En cuclillas, mientras toma un descanso en una chinampa, a las afueras de San Andrés Mixquic, Gilberto Reyes señaló que ante la imposibilidad de transitar por la vía fluvial se ha tenido que abrir caminos para el paso de vehículos a fin de sacar las verduras y los vegetales. "Ahorita como es temporada de lluvias hay agua, pero venga en época de secas y verá que en muchos lados, nada más queda el lodo", comenta.
A unos metros, un cartel de la Dirección General de Recursos y Desarrollo Rural da cuenta de las obras que se han realizado. La extracción de lirio, la reforestación y deshierbe y chaponeo de orillas en pro de la conservación de la zona chinampera son algunas de las acciones enlistadas, que no se ven reflejadas, inclusive en el lugar donde fue colocado el letrero, donde se observan los canales repletos de planta acuática y sus orillas llenas de matorrales.
Una situación similar se vive en la zona de humedales, refugio de aves migratorias provenientes de Canadá y de especies nativas de la región, en donde la contaminación por los escurrimientos del Canal Nacional y del drenaje del poblado en San Pedro es la principal problemática.
El secretario del comisariado ejidal, Roberto Bermejo Galicia, consideró que además del rescate de los espejos de agua, es necesario indemnizar a los propietarios de estas tierras, que hace más de tres décadas eran cultivables. "Estamos concientes de que se trata de un ecosistema muy importante en la región, cuyo deterioro es posible revertir, pero como dueños necesitamos que nos apoyen con proyectos alternativos", apuntó.
Al respecto, el ahora jefe delegacional en Tláhuac, Gilberto Ensástiga, consideró que los tres niveles de gobierno están obligados hacer un esfuerzo en conservar esta región, no sólo por la importancia cultural, sino también por los beneficios ambientales que ofrece a la ciudad.