Encuentran 50 cadáveres en la capital de Irak
Bagdad, 2 de octubre. Al continuar la violencia en Irak, por lo menos 50 cadáveres con signos de tortura fueron encontrados en Bagdad, mientras 14 personas fueron secuestradas, lo que alimentó los temores de infiltración de militantes en las fuerzas de seguridad.
La policía dijo que siete vehículos como los que usa el gobierno, con hombres camuflados, aparecieron en tiendas de computación y reparación cercanas a la Universidad Tecnológica de Bagdad y capturaron a 14 personas.
Un chiíta cercano al presidente Nuri Maliki dijo el domingo que la coalición se vio infiltrada por terroristas, luego que las tropas estadunidenses arrestaran al custodio de un líder sunita ante la sospecha de que planeaba ataques suicidas con coches bomba de Al Qaeda contra el complejo del gobierno.
También en la capital fueron encontrados los cuerpos de 50 personas, entre los que encontraban diez de los 26 secuestrados ayer por hombres armados en una planta procesora de alimentos.
En Kirkuk, la policía informó hoy de la muerte de Saad Tager Rayashi, uno de los líderes de Al Qaeda en Irak.
Las tropas internacionales y la policía iraquí también mataron en una operación conjunta a 30 insurgentes en Ramadi, al oeste de Bagdad, pero un soldado británico perdió la vida y otro resultó herido por un ataque contra una base militar cerca de Basora, sur de Irak, informó el Ministerio de Defensa en Londres.
El Parlamento iraquí prolongó hoy otros 30 días el estado de emergencia, vigente desde noviembre de 2004, mientras Maliki propuso a los distintos grupos parlamentarios un plan de cuatro puntos para acabar con la violencia, que hoy cobró cuatro vidas.
El plan, que será discutido el martes, propone entre otros puntos crear una serie de comisiones de seguridad en las que participen representantes políticos, religiosos, la sociedad civil y el ejército, para observar de cerca la situación en todo el país.
En Afganistán, en tanto, seis personas, tres de ellas militares de la OTAN, resultaron heridas en un ataque suicida contra un convoy de la Alianza en Kabul. El resto de los lesionados eran transeúntes.
La milicia talibán reivindicó el atentado que, aseguró, causó la muerte de cuatro soldados, pero el gobierno de Kabul rechazó la versión.