Ya demostró sus bondades, afirma centro especializado
Admiten que el servicio del Metrobús es perfectible
La meta es tener cero fallas en el sistema, subraya
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Pese a los inevitables problemas que enfrenta el Metrobús, se resaltan los diversos beneficios que aporta en el DF
Foto: Roberto García Ortiz
El Metrobús se echó a andar como una vitrina de oportunidad política para mostrar a la ciudadanía los beneficios que ofrece y facilitar su puesta en marcha en otras zonas de la ciudad, a sabiendas de sus "limitaciones técnicas, de superficie de rodamiento y operación", señaló Luis Gutiérrez, director en América Latina de Embarq, el centro de transporte y medio ambiente del World Resource Institute (WRI).
Reconoció que fue una decisión política hacerlo de manera prematura, pero "no por estupidez, sino por visión estratégica y asumiendo los riesgos que conllevaría", en este caso, los hundimientos en el carril confinado de Insurgentes, por el peso de 30 toneladas de los autobuses con pasajeros y la poca resistencia del pavimento, para el paso constante de más de 100 vehículos en el extremo izquierdo.
Los primeros problemas se observan en la infraestructura y operación de las unidades, que deben sortear diversos baches durante los 39 kilómetros de recorrido de ida y vuelta, de Indios Verdes a Doctor Gálvez, con un aumento total de 20 minutos respecto del tiempo estimado de dos horas.
La repavimentación del carril confinado requiere de 17 millones de pesos, pero no garantiza que se evitará la formación de más baches.
La meta del sistema es tener cero fallas, por lo que el WRI apoyará estos proyectos, no con "3.5 millones de dólares, sino con 5 millones o más, para evitar estas afectaciones en la velocidad y tiempo del servicio", comentó.
"Los problemas que vemos eran previsibles y de no haberse tomado la decisión de poner en marcha el Metrobús el proyecto no se hubiera multiplicado en el país o en el extranjero y los resultados ahí están", dijo, al mencionar la necesidad de contar con un sistema tarifario ligado al Metro.
Para ello, explicó Juan Mesa, director de Nuevas Tecnologías de Inbursa -empresa encargada del recaudo del Metrobús- se requerirán dos años, en promedio, para crear un mecanismo validador que distribuya los ingresos a cada sistema de transporte, mediante la instalación de un chip y candados de seguridad denominados mapeos que se unifiquen y permitan su lectura en los torniquetes.