Bajo la lupa
El Proyecto Princeton: en búsqueda de la redención de Estados Unidos
Ampliar la imagen George Schultz, quien dirigió la reunión secreta de Branff Springs, es uno de los artífices tras bambalinas de la política integral de Estados Unidos FOTOAp
En la reunión secreta de Banff Springs (ver Bajo la Lupa, 27/9/06 y 1/10/06), en el seno de la entreguista delegación "mexicana", en su mayoría de un nivel de papanatas con obsesión de mercaderes, se encontraba un vendedor de refrescos (Juan Gallardo Cortina, mandamás de GEUSA y dirigente del polémico Consejo Mexicano de Hombres de Negocios), lo cual denota la degradación geoestratégica del "México neoliberal" inmerso en la narcopederastia, mientras EU presentaba 14 días más tarde y en pleno mezzogiorno su Proyecto Princeton (PP), que lleva como título: Forjar un Mundo de Libertad (sic) bajo las leyes (sic): la seguridad nacional de EU en el siglo XXI", en el que colaboraron durante dos años más de 400 expertos de sus óptimos centros académicos del calidoscopio plural y cuyo cónclave fue presidido por George Schultz, quien dirigió la reunión secreta de Banff Springs: uno de los relevantes artífices tras bambalinas de la política integral de la otrora superpotencia unipolar ahora en franca decadencia.
Sería un grave error de juicio deslindar el más amplio PP de la reunión secreta de Banff Springs, donde el hiper-mecantilista TLCAN totalmente caduco fue transformado en un ASPAN hipermilitarizado y aderezado con la nueva "muralla virtual" en la transfrontera con México.
De Defensa (30/9/06), centro de pensamiento estratégico europeo con sede en Bruselas, consagra al PP un análisis especial: "esfuerzo masivo de todo el establishment de EU y su aparato académico ligado al sistema de seguridad nacional, con participaciones de su mundo financiero, trasnacional y militar". Se trata de una "tentativa de lanzar un proyecto estructurado global que aporte colores convenientes a EU y detenga el movimiento presente de desintegración del sistema" (internacional).
Cita el sucinto cuan magnífico artículo de Jim Lobe (Asia Times, 29/9/06), quien refiere que la "adopción de una nueva gran estrategia está diseñada para enfrentar las amenazas múltiples y reforzar el compromiso de Washington a un orden multilateral (¡súper sic!) reformado y revigorizado".
Va implícita la crítica a la política "simplista y contraproductiva" aplicada por Baby Bush después del 11/9: "para ser efectiva, según el reporte, la política de EU necesita depender menos del poder militar y más de otros instrumentos de la diplomacia; menos de su propia fuerza ejercida en forma unilateral y más en cooperación con otros países democráticos".
¿No estaría el PP confundiéndose y hablando de otro país diferente a la torturadora teocracia bushiana que se pretende transformar en las ideas, pero todavía no en sus actos, con una metamorfosis más profunda y transfigurativa que la imaginada por Franz Kafka?
El PP no podía quedarse sin su acrónimo dominguero: PAR (por sus siglas en inglés: Popular-Accountable-Rights demanding), algo así como gobiernos "populares-demandables y proclives al derecho". Estaría bien que EU comenzara a aplicar su precepto del PAR con su país vecino del sur que ha sucumbido en el neototalitarismo de la mito-plutocracia que se ha dado el lujo de radicalizar el modelo neoliberal con la imposición de Felipe El Breve mediante elecciones fétidas ante la ceguera cómplice de la torturadora teocracia bushiana, contraste de su hipócrita ultraje que exageró en las elecciones de Ucrania mucho más higiénicas que las martianas-foxianas.
Lobe concluye con la "cirugía radical" que requieren las "instituciones internacionales creadas después de la Segunda Guerra Mundial", donde destaca la membresía multitudinaria de la ONU para "desarrollar un 'Concierto (sic) de Democracias' que provean un foro alternativo para la acción colectiva (sic), incluyendo el uso de la fuerza".
Se nota que es prácticamente imposible para EU abandonar su hipermilitarismo, edulcorado con metáforas "democráticas". A Lobe se le pasa que EU, dominado por su "complejo militar-industrial", necesita una lobotomía en sus estructuras de poder antes de pretender cambiar el mundo a su conveniencia.
De Defensa ridiculiza al PP como un "proyecto Bush ligth, así como existe la Coca light". Tal parece que ahora las resfresqueras alimentan la raquítica semántica de los analistas, lo que explicaría la presencia del vendedor de refrescos Juan Gallardo Cortina en el seno de la enana delegación "mexicana"en Banff Springs.
El centro europeo pone en relieve que el PP no abandona la guerra preventiva, sino que la suaviza con servicios de inteligencia "más morales". ¿Acaso fue "inmoral" toda la recolecta de espionaje de la torturadora teocracia bushiana para justificar sus agresiones unilaterales en toda Eurasia en beneficio de la banca israelí-anglosajona?
Los "ataques" deben ser emprendidos con "moderación" (sic) y con "apoyo internacional". No ceja la obsesión militarista de siempre "atacar" a quienes se atraviesan en su camino irredentista. Ya que fracasó estrepitosamente el hard-power en Irak, Afganistán y Líbano -pese a todas las advertencias y plegarias que procuramos los pacifistas del planeta-, ahora los halcones del "complejo militar-industrial" se disfrazan de Caperucita para usar el soft-power, una idea peregrina de Joseph Nye (por cierto, plagiada por Castañeda Gutman, un instrumento de la banca israelí-anglosajona quien siempre se ha caracterizado por carecer de ideas propias), como si en EU, el país mas bélico en la historia moderna (el único que ha lanzado dos bombas nucleares contra poblaciones civiles), existiese disociación entre poder "duro" y "blando" en el seno de su plutocracia insolente.
El PP se disocia de la falsa analogía de la "guerra contra el terrorismo global" con la Segunda Guerra Mundial y la guerra fría, lo cual "refuerza en lugar de degradar al adversario", por lo que sería mejor emprender una "estrategia de contrainsurgencia global que se enfoque a reforzar las leyes (sic), el espionaje y las operaciones especiales (sic)".
De Defensa fustiga que el "país más odiado del mundo" que "no cesa de violar todas las leyes internacionales desde 2001" ahora se arrogue el derecho de "restaurar el orden y la ley al resto del planeta" como si "su estatuto de potencia" no hubiera cambiado: "subsiste el mito de la potencia militar de EU junto a la idea de su 'poder benigno" que intenta "refundar su deteriorada imagen anterior al 11/9", lo cual exhibe "el estado preocupante en que se encuentra el sistema internacional", el "desorden endémico" y la "explosión de los poderes". De Defensa alerta que el "pirómano se disfraza de apagafuegos indispensable" cuando EU "encabeza" la solución al problema palestino-israelí, arregla el contencioso iraní, y cesa de "contener a China", lo que, a nuestro juicio, equivale a sepultar de facto la doctrina Wolfowitz.
Cuando el nipón -estadunidense Francis Fukuyama (con su hilarante y delirante "fin de la historia") y el jefe de Estado mayor israelí bursatilizado hasta la médula, Dan Halutz, se han infligido el haraquiri conceptual, ¿cuál será el destino de las doctrinas Huntington, Weinberger-Thatcher, y Netanyahu-Perle-Krystol? Esto lo elude el PP.