Usted está aquí: miércoles 4 de octubre de 2006 Opinión ISOCRONIAS

ISOCRONIAS

Ricardo Yáñez

Para seguir la noche

ARRIBO A MONTERREY la mañana siguiente de una cena a la que, me cuentan, Alain Robbe-Grillet llegó adusto y de la que tras constatar la avidez con que los comensales esperaban oírlo, partió contento.

POR LA NOCHE me reúno con el muy novel escritor Isaac Cisneros y la narradora -algunas veces crítica de teatro, guionista- Dulce María González.

ME QUEDO CON las ganas de que Isaac, quien termina su primer libro de cuentos, hable de su encuentro con Gabriel García Márquez, y de que Dulce, que acaba de entregar su más reciente novela a la editorial del estado, Yo sé que nunca, alguna luz sobre el género me haga llegar.

LO DE GARCIA Márquez fue en tiempos del desafuero. Isaac, que entre los 11 y 12 años leyó Cien años de soledad y al terminarla se sorprendió sabiendo que quería ser escritor, a instancias de su novia le habló a Mercedes Barcha, quien lo invitó a saludarlos personalmente esa misma tarde.

''¿QUIEN ES ESTE cowboy?" preguntó el colombiano al descender de su habitación y ver de espaldas al sombrerudo, robusto joven defeño-tamaulipeco-regiomontano. ''Tiene la edad de nuestros nietos", comentaría, según eso, Mercedes. ''Estaba -dice Isaac- en el último semestre de ingeniería en industrias alimenticias.

''ME PREGUNTA Gabriel que qué he leído. 'En general tragedia griega y novela contemporánea, en particular las suyas'. Y ante la dubitación de si escribiré novela o poesía, luego de referirse a las lecturas ('vas bien, por ahí es') expresó: -Lo que salga, lo único que no se vale es que seas malo."

AL PARTIR LA pareja Cisneros quedó estupefacto: ''Cuando lo leí por primera vez pensaba que ese autor ya estaba muerto, no sabía que era colombiano, no sabía que había recibido el Nobel. Sentí que algo que hacía mucho había empezado en ese momento se estaba cerrando".

DULCE, FRAGMENTARIA: Una novela es un mundo sobrepuesto al mundo, un mundo surgido del nuestro y sin embargo desentendido de nosotros.// No es ''Yo'' quien escribe. En el acto de escritura de la novela es otro quien se impone: el narrador.// Quien escribe novela se subordina a la voz de un personaje dicha por ese otro personaje que habla: un Yo escribiendo, contando algo.// La novela es, antes que nada, lenguaje.// En el fondo, el lenguaje no se deja poseer, sino que nos posee. El lenguaje suele romper los diques: se desborda, brota por todas partes. Nos colma. Nos rebasa.// La novela se cierra a la realidad, no la toca, pertenece a la dimensión del lenguaje. Ahí los personajes se mueven a sus anchas, en ese mundo. Desentendidos de la realidad real, la nuestra, viven sus experiencias de palabras. Y nos ignoran.// Quien escribe está escribiendo siempre: el narrador: alguien o algo que, al decir Yo en la novela, echa por tierra la existencia del autor, que le es ajeno, que no cabe en el texto, que desaparece entre las palabras de esos otros: los personajes en su mundo propio.

 
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