Usted está aquí: jueves 5 de octubre de 2006 Política Más municipios se unen a la alerta ante el virtual ataque

Están "preparados para cualquier incursión" en Oaxaca

Más municipios se unen a la alerta ante el virtual ataque

El gobierno busca dividir al pueblo: artistas e intelectuales

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Ampliar la imagen Integrantes de diversas organizaciones se ofrecieron como escudos humanos en caso de ataque al movimiento social y magisterial. La imagen, en el templo de San Agustín Foto: Marco Peláez

Oaxaca, Oax., 4 de octubre. La "alerta máxima" decretada por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) llega más allá de esta capital y sus municipios conurbados. Es así en la Mixteca, el istmo de Tehuantepec, la cuenca del Papaloapan, las sierras Mazateca, Norte y Sur, y los Valles Centrales. Es fácil perder de vista que las barricadas y plantones en la ciudad están formados por maestros, campesinos, trabajadores y ciudadanos de todo el estado, y se reflejan en sus lugares de origen.

Las respuestas regionales a la creciente amenaza de intervención militar y policiaca son soslayadas por los funcionarios federales y estatales y, en consecuencia, por los medios de comunicación. En Huajuapan de León, la APPO mantiene sitiado el palacio municipal, y como expresa su vocero, Hugo Santiago Gracida, "estamos en alerta máxima aquí y en el interior de la Mixteca". Se han reforzado las concentraciones en Tlaxiaco, Nochixtlán y Juxtlahuaca, y se dicen listos para acudir a la capital en caso de intervención de fuerzas federales.

Similar situación se manifiesta en los municipios zapotecos y mixes de la sierra, teniendo como puntos neurálgicos San Pablo Guelatao y Alotepec Mixe. En Huautla de Jiménez, la asamblea popular mazateca se reporta "preparada para cualquier incursión de las fuerzas armadas". En Salina Cruz, la APPO, la sección 22 del magisterio y simpatizantes del PRD marcharon ayer desde la carretera costera al palacio municipal para protestar contra el gobernador Ulises Ruiz y por el incremento de tropas en preparación del desalojo al movimiento popular en la ciudad de Oaxaca.

Y mientras se sobredimensiona la entrega de Radio Oro en esta capital por los plantonistas que la resguardaban (como si implicara alguna claudicación, siendo que la emisora ya había salido del aire), pocos medios locales registran la toma durante tres horas de Radio XEKZ, en Tehuantepec, por los que ya se conocen en Oaxaca como "radioescuchas insurrectos". Además, los maestros acordaron con la empresa que a partir de hoy tendrán media hora diaria para transmitir su información.

Esta tarde se efectuó una marcha de esta ciudad al municipio Santa Lucía del Camino, en protesta por las reiteradas agresiones que han sufrido el paro magisterial y las barricadas populares en esa circunscripción, de lo cual responsabilizan al edil priísta Manuel Martínez Feria, otro más de los ex porros vinculados al grupo gobernante.

La inminente represión también galvanizó en torno a la resistencia a sectores que si bien simpatizan con el movimiento popular, se mantenían al margen, como los artistas e intelectuales, las ONG y los grupos libertarios. Estos últimos, que se acuerpan en Ocupación Intercultural en Resistencia (OIR) y se expresaron muy numerosamente en la marcha del 2 de octubre, divulgaron hoy un pronunciamiento de singular importancia.

Ante el "estado de incertidumbre" que se vive estos días por la presencia de las policías y fuerzas armadas, "se ha generado presión sicológica para quienes aquí vivimos, por la posible represión al pueblo de Oaxaca y los maestros". Además, "se ha desatado una campaña de linchamiento para integrantes del movimiento popular. Sin grandes resultados, el gobierno intenta dividir al pueblo de Oaxaca con la idea de que existen organizaciones y personas 'radicales'".

Expresan: "Sin aclarar qué significan, se inventan adjetivos como 'vándalos', 'atenquenses', 'ultrarradicales', 'cegeacheros'" (y 'bárbaros', agrega el reportero). El único objetivo es cobrar a algunas organizaciones, grupos y personas la venganza que no podrán jamás cobrar a todo el pueblo de Oaxaca por su dignidad para luchar y resistir por más de cuatro meses".

El "ex gobierno" ha criminalizado diferentes luchas sociales que con justicia han defendido sus derechos. OIR aclara algunos términos que ha usado Ulises Ruiz: "Llama 'atenquenses' a 'los radicales', y demostrando su falta de conocimiento, su naturaleza de represor y su propia ilegalidad, criminaliza a todo un pueblo, San Salvador Atenco, digno y victorioso en su lucha por defender la tierra. Pueblo reprimido por apoyar a vendedores ambulantes de flores de Texcoco, porque ahora la solidaridad es un delito penado con cárcel y muerte".

De la misma manera ha usado el término "cegeacheros", agregan, siendo que los estudiantes defendieron la educación pública y gratuita. "Y a pesar de que la Policía Federal Preventiva invadió la UNAM y metió a la cárcel a más de mil estudiantes, ganaron, al igual que va a ganar el pueblo de Oaxaca".

El término "vándalos", abundan, "que significa destructores, sólo puede aplicarse a quienes no importando la vida y la naturaleza, explotan y reprimen con todo el apoyo de la ley y con las ventajas que le brinda el gobierno federal. Los únicos vándalos son los policías y los gobiernos que destruyen, roban y saquean Oaxaca". Los términos "radicales", y "ultrarradicales" los deja OIR "de tarea" para el secretario de Gobernación y para el señor Ulises Ruiz: "Como no saben qué es dignidad, podrán decir que es un delito y que ser digno es ser radical y ultrarradical, y que una persona digna merece la cárcel".

Con montajes disfrazados de "acciones radicales" buscan culpar al movimiento y justificar más represión, apuntan. "Es el caso de los bombazos en algunos bancos, con los cuales se justifica que la policía ahora esté en los alrededores del Centro Histórico". La trampa "fue denunciada en Radio La Ley como una acción a cargo del director de Seguridad Pública, Aristeo López", concluye OIR. Más de 40 organismos civiles de la APPO iniciaron hoy en el atrio de Santo Domingo un campamento por la paz y contra la represión.

 
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