Profesores de los estados se encuentran en el DF para exigir más recursos
Reportan trabajadores multiplicidad de carencias en los colegios de Bachilleres
Es tal la pobreza de los colegios de Bachilleres en el país -narran los académicos de esos planteles- que a muchos todavía no les llega la luz ni el agua, y otros tantos trabajan en los auditorios de las presidencias municipales. Por ello, acusan que cuando se inició la reforma en este nivel, la SEP les hizo la promesa -como ahora también la hace con la reforma a la educación secundaria- de que sus carencias serían solventadas y todo fue una mentira.
Los profesores del colegio en distintas entidades se encuentran en la capital del país para reclamar los recursos que aprobó la Cámara de Diputados para su programa de nivelación salarial. En entrevistas por separado, hablan sobre las condiciones en las que trabajan y las profundas necesidades de un sistema que no encuentra respuesta por parte de la autoridad.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores Académicos del Colbach en Guerrero, Marco Antonio Adame, señala que en aquella entidad atienden a 26 mil alumnos, de los cuales una tercera parte acude a galeras en lugar de aulas.
El grueso de los planteles, indica, están sin laboratorios, sin computadoras, sin gises ni pizarrones. Es más, añade, desde que se fundó esta institución en la entidad, hace 23 años, los planteles no tienen mantenimiento y hay una carencia total de recursos para atender el funcionamiento cotidiano. Sin embargo, uno de los objetivos de la reforma en el Colbach, según dijeron las autoridades educativas, era acabar con esos rezagos y dotar de una infraestructura mínima a las escuelas, pero nada de ello ocurrió.
En San Luis Potosí, las cosas no son distintas. Luis Miguel Almaguer, del sindicato en ese estado, indica que la reforma curricular tiene ya tres años de haberse iniciado y hasta hoy no les ha llegado nada de los nuevos equipos ni de los materiales.
Los salones tienen 80 alumnos, que deben soportar a veces temperaturas de hasta 50 grados, y en las comunidades alejadas o en las zonas indígenas reciben clases en instalaciones prestadas. Afirma que últimamente se agravó la situación porque ni el gobierno local quiere dar la parte que le corresponde, 7.5 millones de pesos.
Las demandas en el estado de Hidalgo son múltiples. Ahí, expresa el secretario general del Sindicato Unico de Trabajadores Académicos del colegio, Severino Aguilar López, se ha introducido un mapa curricular que cortó la carga horaria de la formación básica para darle todo el peso a la capacitación para el trabajo, con la finalidad de que los jóvenes no tengan más preparación que para obtener empleo en las maquiladoras.
Por otro lado, los planteles están sobrepoblados y en zonas como el Valle del Mezquital y Huejutla aún se dan clases en las alcaldías. Además, casi 50 por ciento de los trabajadores sindicalizados y que carecen de título no pueden ser beneficiados con los programas que se han impuesto.
En Michoacán, dice por su parte el vocero del Sindicato Independiente de Trabajadores del Colbah, Guillermo Macías Méndez, durante esta administración se han creado una gran cantidad de "extensiones" de planteles, para decir en el discurso que se da impulso a la educación, pero en los hechos "carecen de aulas, de pupitres, ya no digamos de computadoras".
Y al igual que en San Luis Potosí, indicó que "el gobierno estatal ya no va a poner la parte que le corresponde de recursos porque la cantidad que se pretende dar la harán pasar como si ahí estuviera incluida la participación del gobierno local. Ahí se trabaja con presupuesto desconocido o inexistente. No hay de dónde echar mano para el gasto corriente y la única alternativa son las cooperativas".