FESTIVAL INTERNACIONAL CERVANTINO
Exacerbadas medidas policiacas al comenzar el Cervantino
Luis Fernando Rionda critica ''el abuso centralista'' en perjuicio de Guanajuato
El académico propone recuperar ese encuentro como un espacio de convivencia cultural
Ampliar la imagen Habitantes de la capital de Guanajuato se quejan del virtual estado de sitio impuesto por elementos del Estado Mayor Presidencial, a unas horas de que el presidente Vicente Fox inaugurara el Festival Internacional Cervantino, que anoche comenzó en la Alhóndiga de Granaditas con la representación de la ópera Carmen, de Georges Bizet Foto: María Luisa Severiano
Guanajuato, Gto., 4 de octubre. Ni como gobernador de Guanajuato ni posteriormente como presidente de la República, Vicente Fox mostró el menor interés por el Festival Internacional Cervantino (FIC): ''Le fue indiferente, no formó parte de su proyecto cultural; por ignorancia, por desdén".
La observación es del académico de la Universidad de Guanajuato (UG), Luis Miguel Rionda, quien en vísperas de la inauguración de la versión 34 del FIC hace un somero balance.
Señala, sin embargo, que lamentablemente esto no ha sido exclusivo del foxismo: ''El Cervantino se ha mantenido por inercia, con altibajos, pero desde hace mucho tiempo que no forma parte de la política cultural de ninguna de las administraciones, ni federales ni locales".
Inclusive, por momentos ha existido la tentación de suprimirlo. Fue el caso en 1985, cuando se canceló a causa de los terremotos ocurridos en la ciudad de México y se planteó la posibilidad de hacerlo de manera definitiva: ''pero no se puede liquidar un festival que ya tiene raigambre local y nacional".
Límites a la discrecionalidad
Antropólogo, autor de una investigación sobre la relación entre los habitantes de Guanajuato y los visitantes y el público del FIC, Luis Miguel Rionda ve con buenos ojos el reciente decreto presidencial que convierte al Cervantino en organismo descentralizado, medida ''que le dará personalidad jurídica y vida propia".
De esta manera se dará normatividad al funcionamiento y organización del festival Cervantino y a las atribuciones de sus directivos, que hasta ahora han podido actuar con enorme discrecionalidad en la organización del programa y en el uso de recursos.
No sólo eso, parte de las históricas disputas que se han dado entre las autoridades estatales y federales alrededor de la ''fiesta del espíritu", obedecen a los abusos y prepotencia con que suelen actuar los organizadores, una burocracia centralista, y el provincianismo, desconfianza y cerrazón de las autoridades estatales.
Rionda habla con conocimiento de causa. Fue coordinador general estatal de la edición 20 del FIC en 1992, durante el gobierno estatal de Carlos Medina Plascencia.
La percepción de dicho ''abuso centralista" fue alimentada desde el principio mismo del festival, durante el gobierno de José López Portillo: ''Tuvo una dimensión impresionante, con una actitud de agresión hacia los habitantes de la ciudad que era tomada por el Estado Mayor Presidencial".
Paradójicamente, esa fue la que puede llamarse ''época de oro" del Cervantino -durante la bonaza petrolera de los años 70-, cuando en la programación del encuentro menudeaban grandes figuras del firmamento artístico y cultural internacional.
Sin embargo, los espectáculos en recintos cerrados no estaban al alcance de la población: ''Los boletos se regalaban en la ciudad de México entre la clase política, que evidentemente no venía".
Faltan opciones para los jóvenes
La nueva personalidad jurídica del Festival Internacional Cervantino abre la oportunidad para recuperarlo como un espacio de convivencia cultural, como de hecho lo fue durante el periodo en que Rionda fue coordinador estatal del FIC.
De acuerdo con el académico, retomar esa vocación del Cervantino contribuiría a solucionar la cuestión de tener cada fin de semana a miles de jóvenes deambulando y sólo bebiendo en la calles.
El entrevistado está en desacuerdo con las medidas policiacas tomadas para regular esa presencia: ''Los fines de semana arriban a Guanajuato alrededor de 60 mil jóvenes que llegan con una expectativa que no es cumplida", porque el festival no está en la calle, sólo está en recintos cerrados, con excepción de la Alhóndiga de Granaditas.
''No hay opciones de entretenimiento y participación para la gente en el contexto del encuentro.''
Luis Miguel Rionda recuerda que durante la gestión de Medina Plascencia se instalaban escenarios en puntos estratégicos de la ciudad que propiciaban la participación espontánea de artistas populares: ''El problema ahora es que miles de jóvenes se quedan sin nada que hacer".
El Festival Internacional Cervantino transcurre en dos esferas, dice, la formal en espacios cerrados, que está bien, y la otra, la callejera, que está abandonada. Entonces todas esas personas que andan ''echando chela" y rondando no son atendidas como público, lo cual ''es un desperdicio.
''Sólo se requieren elementos mínimos de logística y vigilancia, a cambio de darle una oferta artística y opciones de expresión a todos esos miles de jóvenes que llegan de todo el país."