"No mandé a la chingada a nadie en concreto", señala el líder de la mesa directiva
Se disculpa Zermeño por exabruptos: fue una expresión de malestar, afirma
Obligado por la oposición, acepta modificar el acta de la comparecencia de Aranda
Ampliar la imagen El coordinador de los diputados perredistas, Javier González Garza, escucha las disculpas del panista Jorge Zermeño Foto: José Carlo González
El presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, el panista Jorge Zermeño, aseguró que "a nadie mandé, como se dice por ahí, a la chingada en concreto", ya que se trató de "una expresión impersonal", y que cuando los coordinadores de las fracciones parlamentarias le informaron que abandonaban el salón de plenos ante la actitud grosera de la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), Ana Teresa Aranda, asumió con los legisladores, el pasado miércoles, que "había hablado entre amigos y había hecho una expresión de malestar por lo que se estaba planteando, dije que eran chingaderas".
Zermeño, quien de acuerdo con la ley debe representar los intereses de todos los diputados y no sólo los de sus correligionarios del PAN, fue cuestionado nuevamente por diputados de PT, PRD, Convergencia y PRI por haber mantenido la sesión en curso a pesar de la falta de quórum, con el único fin de darle tiempo a la funcionaria de concluir su exposición, por lo que el coordinador de los perredistas, Javier González Garza, insistió en que dialogará con los coordinadores de los otros partidos para analizar la posible remoción de Zermeño.
Disculpa a la bancada perredista
Antes de abrir la sesión ordinaria en San Lázaro de este jueves, el legislador panista ofreció una disculpa a los diputados por sus exabruptos -"si esa expresión causó agravio, pido disculpas"- no desde su lugar en la mesa directiva, sino directamente en la zona que ocupa la bancada perredista en el salón de plenos, luego de que diputados de los partidos de oposición, con excepción del Nueva Alianza, subrayaron su molestia por el trato recibido durante la comparecencia de la titular de la Sedeso, y el comportamiento del propio presidente de la mesa directiva al que acusaron de mentiroso, pues insistió en justificar la continuación de la comparecencia, aunque era evidente la falta de quórum.
Así se lo hicieron saber los perredistas Juan N. Guerra y Arturo Gálvez, así como el legislador de Convergencia, José Luis Aguilera, quienes exigieron que se corrigiera el acta de la sesión mencionada, pues ésta debía dar cuenta de que la sesión se suspendió por falta de quórum, y no como adujo una y otra vez Zermeño, al insistir los diputados de oposición que la sesión finalizó antes de que terminara el segundo pase de lista, en el que había poco más de 170 diputados y no los 251 que se requieren como mínimo para dar curso a ésta.
El ánimo de fraternidad que manifestó Zermeño minutos antes pareció resquebrajarse ante estos reclamos de los diputados opositores. Más aún cuando Juan N. Guerra le reclamó que en el acta de la sesión debía recogerse la expresión de Zermeño dirigida al perredista Javier Santos, a quien, sin más, le gritó "¡cállese!" cuando le pidió revisar el quórum, o cuando Arturo Gálvez Rodríguez le dijo que la falta de respeto mostrada durante la comparecencia de la titular de la Secretaría de Desarrollo Social hacia los legisladores era "preocupante", y que el panista "miente" cuando asegura que la comparecencia de Ana Teresa Aranda había finalizado con la presencia en el salón de plenos de más de 250 diputados.
A pesar de que la falta de quórum había sido evidente, Zermeño se empeñaba en negarlo, hasta que no sin pesar de su parte, tuvo que acceder a la demanda de los diputados opositores y tuvo que ordenar que se tomara nota de todos los comentarios hechos, para que se corrigiera el acta "y deje satisfechas las inquietudes de todos los señores diputados".