Fuentes de la dependencia descartan la presencia de zetas en aquella entidad
PGR: el gobierno de Oaxaca podría estar detrás de explosiones y grupo armado
La Procuraduría General de la República (PGR) no descarta que la aparición de "nuevas" organizaciones armadas en Oaxaca y el estallido de petardos en tres sucursales bancarias en la capital de esa entidad hayan sido obra de grupos de poder ligados al gobierno local.
Fuentes gubernamentales de alto nivel y vinculadas con la investigación de lo sucedido en Oaxaca revelaron que tampoco existe evidencia de la presencia de integrantes del cártel del Golfo (Los Zetas, brazo armado de esa organización) en esa entidad.
Respecto de la aparición, el 31 de agosto de este año, en la carretera que va de Oaxaca a Guelatao, de una docena de presuntos integrantes de la agrupación Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo, que bloquearon y entregaron propaganda, las fuentes consultadas mencionaron que ha llamado la atención de los supuestos milicianos no sólo su vestimenta (que en algún caso incluía uniforme con tenis de marca), sino también el lenguaje y hasta la impresión de sus comunicados.
Para los investigadores consultados, "si en realidad fueran parte de los grupos que dicen representar, sus uniformes no estarían nuevos, se trataría de personas de escasos recursos y sus comunicados difícilmente habrían sido elaborados en computadora".
Por otra parte, como se recordará, el 2 de octubre un supuesto comando de la Organización Revolucionaria Armada del Pueblo de Oaxaca (ORAPO) hizo estallar artefactos entre las 7:50 y las 8:30 a las puertas de bancos ubicados en la colonia Reforma de Oaxaca.
Al respecto, los funcionarios de la PGR que fueron entrevistados refirieron que si bien inicialmente se llegó a considerar que los responsables de esas explosiones eran parte de otros grupos, como el EPR o el ERPI, en busca de notoriedad, durante las investigaciones se ha establecido la hipótesis de que pudo haberse tratado, al igual que con el comando del 31 de agosto, una cuestión orquestada desde el propio gobierno oaxaqueño en busca de desprestigiar a quienes realizan acciones de protesta.
Durante el análisis de su mensaje, indicaron los entrevistados, resulta claro que hay un contrasentido que difícilmente tienen los verdaderos grupos insurgentes. Por ello, mencionaron su incredulidad de que un grupo armado deje un comunicado en el que se atribuye los hechos y, al mismo tiempo que se declara en guerra contra el gobierno estatal, muestre disposición de sentarse a dialogar, pero con armas.