La Máquina mostró mejor accionar y fue más peligrosa en sus llegadas
Mizrahi eludió la guillotina en amarga bienvenida a Carrillo
Aficionados felinos abuchearon a su equipo y usaron bolsas de papel en la cabeza
Monterrey, NL, 7 de octubre. Luego de siete fechas sin triunfo, La Máquina despertó, rescató de la guillotina al técnico Isaac Mizrahi y amargó el debut de Mario Carrillo en el timón de Tigres, al que venció a domicilio por 2-0. Los felinos llegaron a nueve juegos sin victoria.
El primer tanto de La Máquina cayó al minuto 54 por conducto de Richard Núñez, quien corrió hacia la banca para dedicarlo al técnico Mizrahi. El segundo fue obra de Gerardo Torrado al minuto 91. Los celestes llegaron a 17 puntos en el grupo uno, mientras Tigres se quedó con 10 unidades en el tercer pelotón.
Desde el primer tiempo Cruz Azul fue mejor; sin embargo, pese a su afán por inaugurar el tanteador, no tuvo la capacidad para anotar ni con los numerosos desbordes de César Chelito Delgado y los disparos de Núñez.
Algunos tiros de los cementeros se estrellaron en el marco de la meta defendida por Enrique Palos, quien tuvo una buena primera mitad de juego y se batió en excelentes lances. Todo el equipo de casa se defendió incluso al borde del reglamento y el saldo en ese lapso fue de tres amonestados: Juan Montano, Jaime Lozano y Sidney Balderas.
Lo mejor llegó en el complemento, que se disputó a gran intensidad, más todavía tras el gol cementero. La jugada comenzó con una descolgada a velocidad por la derecha de Torrado, quien dio pase al frente para Núñez, éste eludió al portero y sacó disparo cruzado que bordeó la línea de gol antes de entrar a la meta.
Carrillo había ingresado a Emmanuel Cerda al minuto 45 y con el tanto en contra decidió sacar al amonestado Juan Montano por Enrique Escudero. El partido se tornó de un ir y venir a gran velocidad, pero Cruz Azul fue más peligroso con su tridente, integrado por el uruguayo Núñez y los argentinos Chelito y Gabriel Pereyra, quien entró al minuto 60.
Entre los cementeros nadie desmereció, al contrario, el joven Luis Alberto Orozco dio una gran actuación y estuvo cerca de aumentar la ventaja con un remate descompuesto y desesperado en lucha contra el portero Palos. La pelota apenas se escurrió hacia la derecha.
Al minuto 83 Tigres sufrió la expulsión de Sidney Balderas por doble amarilla. La afición, una de las más entusiastas del país, se enojó con su equipo y en diversos puntos de la tribuna comenzaron a surgir bolsas de papel con los que la gente se cubrió los avergonzados rostros. Otras caras, al borde del llanto, eran el vivo retrato de la tristeza.
Pero en un nuevo avance celeste, el Chelito estrelló la pelota en el guardameta, Torrado, muy atento, mostró sangre fría para contrarrematar con un toque bombeado, excelso, mientras Mizrahi saltaba de alegría en su área técnica.