Aquí no se enfrentan muros, pero sí bandas delictivas y malos servidores, señala
México aumenta medidas antimigrantes al ritmo de las de EU, acusa la CNDH
Ampliar la imagen Un guardia toma una foto del helicóptero del presidente Vicente Fox a su llegada a Mexicali, donde el mandatario inauguró el primer Foro de la Frontera Norte Foto: Ap
El quinto visitador general de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Mauricio Farah Gebara, destacó ayer que mientras Estados Unidos destina millones de dólares para construir un muro en su frontera con México y ha incrementado 135 por ciento el número de agentes de la Patrulla Fronteriza, "en nuestro país se han construido más estaciones migratorias -se duplicó su número en esta administración-, para retener y deportar a los migrantes que ingresan al país".
En el último día de trabajos del congreso Internacional El fenómeno migratorio y los derechos humanos, Farah Gebara subrayó: "en México los migrantes que entran al país de manera irregular, si bien no tienen que evadir muros fronterizos, sí enfrentan bandas delictivas, agentes de empresas privadas de seguridad, policías de todas las corporaciones y malos servidores públicos de los tres niveles de gobierno que los amenazan, asaltan, humillan y maltratan, además del trato indigno que reciben en las estaciones migratorias".
La CNDH, abundó el visitador, ha documentado casos de migrantes centroamericanos y de otros países que han sido severamente golpeados, maltratados y humillados. Y esas agresiones contra ellos las han cometido desde policías privados, que los bajan violentamente de los trenes o los empujan de éstos por lo que algunos resultan mutilados; por sofisticadas redes que trafican personas que los conducen a la esclavitud "ante la complacencia de las autoridades".
Recordó el caso de una mujer migrante que estuvo a punto de perder la vida por la agresión de una presidiaria peligrosa con la que incomprensiblemente compartía celda. Otros, como los casos de migrantes a los que despojan de su magro calzado y los hacen caminar descalzos sólo para diversión de sus victimarios, o aquellos que son encerrados en cuartos oscuros en las estaciones migratorias donde los atan, los esposan y humillan; uno de ellos, incluso, murió al verse imposibilitado de pedir ayuda y privado de la atención médica que requería.
Farah Gebara manifestó en su ponencia que conociendo esos casos "uno puede entender lo que nos dijo un salvadoreño en Arriaga: 'Nada más queremos que no nos vean. No pedimos nada. Nada más que no nos vean', es cierto: cada vez que alguien los ve puede sobrevenir un abuso", sostuvo el funcionario de la CNDH.
Tanto en México como en Estados Unidos hay personas y organizaciones que hacen de la migración un botín: "ya sea mediante asaltos, secuestros, violaciones, baja remuneración, extorsión o trata, se actúa impunemente para explotar al que padece las mayores carencias. Se le arrebata lo poco que tiene, es una paradoja que no creeríamos si no la viéramos".
Por lo que respecta a la política migratoria de Estados Unidos, Farah Gebara destacó que cifras oficiales señalan que de 1994 a 2000 murieron en la frontera mil 444 migrantes, un promedio anual de 206, y de 2001 a 2005 fallecieron mil 927, un promedio anual de 380, casi el doble.
En México, dijo, se debe aprobar una nueva Ley General de Población o, incluso, debe legislarse para tener una exclusivamente referida a la migración.
Farah Gebara aseveró que en lo que respecta a la relación con Estados Unidos, "México no debe aceptar un programa de trabajadores temporales como hasta ahora se ha pensado; resulta inaceptable, no sólo porque el vecino país del norte lo definió unilateralmente".
Advirtió que la decisión de aquel país, de no abrir las categorías de visas para incluir trabajadores no especializados y no agrícolas tiene el propósito de mantener la vulnerabilidad del migrantes frente a su empleador.