México SA
Las novedades de Azcárraga Andrade
El asunto Mexicana, prueba aún no superada
¿Rescate o extranjerización?
Las rebanadas del pastel:
Con la novedad, dice el empresario Gastón Azcárraga Andrade, que Mexicana de Aviación "corre el riesgo" de quebrar, que claramente ''existe esa posibilidad", que es inminente si no se reducen los costos de operación en 25 por ciento, y que, a final de cuentas, sí conocía la situación financiera de la empresa, pero "una cosa es decirlo y otra es vivirlo".
Quienes suponían que "el asunto Mexicana" fue superado con su nueva privatización, en diciembre pasado, tendrán que corregir, porque el también dueño del Grupo Posadas y presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios ya no sabe qué puerta tocar para que el erario, una vez más, entre al quite.
Con esa filosofía, ¿cómo es que Azcárraga Andrade se ha mantenido como uno de los felices multimillonarios mexicanos?, porque no sólo conocía a detalle la situación financiera de la aerolínea gentilmente regalada por el gobierno del "cambio", mediante supuesta licitación, sino que él mismo, junto con su grupo de expertos en la materia, advertía sobre los factores de riesgo asociados a Mexicana de Aviación. Ahora dice que "una cosa es decirlo y otra es vivirlo", es decir, para comprobar que el veneno es mortal hay que envenenarse, para después salir gritando en pos de un antídoto.
Cuando menos un mes antes de que, oficialmente, Azcárraga Andrade se convirtiera en feliz "ganador" de la licitación, conoció a detalle la precaria situación financiera de Mexicana de Aviación, de tal suerte que bien pudo retirarse de la "puja". No fue así. Por el contrario, en enero del presente año, ya en calidad de nuevo propietario de la aerolínea, no sólo confirmó tal precariedad, sino que la trasmitió a los posibles nuevos inversionistas -por medio de la Bolsa Mexicana de Valores- de la empresa, lo que ratificó en agosto pasado.
Y entre otras advertencias, subrayaba que Mexicana de Aviación "mantiene un elevado nivel de apalancamiento operativo y altos costos fijos en relación con sus costos totales. Debido a que los gastos de cada vuelo no varían significativamente en proporción al número de pasajeros transportados, y asumiendo un yield constante, una disminución relativamente pequeña en el factor de ocupación tiene un efecto negativo desproporcionado sobre los resultados financieros y operativos".
La aerolínea, advertía, "tiene niveles considerables de endeudamiento... Grupo Mexicana y sus subsidiarias tienen menor liquidez que algunos de sus competidores, muchos de los cuales tienen mayores líneas de crédito disponibles y/o más activos libres de gravamen. Consecuentemente, Grupo Mexicana y sus subsidiarias podrían encontrarse en una posición menos sólida que sus competidores para soportar una larga recesión en la industria aérea. Adicionalmente, una disminución en los ingresos podría afectar la capacidad de Mexicana para servir deuda y podría también afectar su capacidad para mantener ciertas limitaciones financieras establecidas en determinados contratos... Requiere financiamiento para diversas operaciones en el curso ordinario de sus negocios, entre las que se encuentra la compra de refacciones para el mantenimiento de equipo de vuelo, entre otras".
Por si lo anterior fuera poco, reconocía que los "únicos activos significativos" del corporativo "son las acciones de sus subsidiarias. Como tal, Grupo Mexicana depende de los dividendos y de otros pagos recibidos de sus subsidiarias para obtener prácticamente la totalidad de su flujo de efectivo, el cual se destina, principalmente, al pago de impuestos, al servicio de su deuda, a inversiones de capital, a financiar el crecimiento de sus subsidiarias y al pago de cualquier dividendo a sus accionistas".
Si todo ello no convenció a Azcárraga Andrade de retirarse a tiempo de la licitación, ya es problema de él. Pero como demuestra la historia de las privatizaciones en México, para estos casos sólo hay dos sopas: la intervención del erario (léase "rescate", "saneamiento" o demás sinónimos de limpiar negocios privados con dinero público) o la extranjerización. En cualquiera de los casos, el dueño del Grupo Posadas no perdería sus 165.5 millones de dólares que supuestamente pagó por la aerolínea. Por el contrario, los recuperaría con un "margen aceptable" de ganancia.
La habilidad para este tipo de "negocios" la trae en la sangre, porque su padre, Gastón Azcárraga Tamayo, hizo lo propio en 1994 -también con Mexicana de Aviación-, quien "convenció" al gobierno de que "rescataran" y "sanearan" al consorcio, que terminó en la panza del Fobaproa. A estas alturas, no sería difícil que algún político decidiera que el erario de nueva cuenta entrara al quite (ya se vio a un feliz Azcárraga Andrade aplaudiendo a rabiar las sabias palabras del mini presidente electo), pero es más fácil y "da más confianza" la extranjerización. Y Azcárraga Andrade está acompañado de empresarios duchos en eso de los "rescates" y los "saneamientos". Cuestión de tiempo.
Si de oportunistas se trata, el presidente de la Asociación de Bancos de (en) México, Marcos Gavica, ya le dijo al mini michoacano que las instituciones por él representadas apoyarán "los programas que permitan cumplir todos los objetivos" del nuevo gobierno. "Así lo hicimos en 2003", es decir, cuando prometieron 174 mil millones de pesos en "créditos para las empresas productivas", cuando en los hechos más de la mitad de ese monto se destinó a créditos al consumo. Entonces, "a sus órdenes licenciado, pero no nos toque el negocio de las comisiones".