Más amenazas anónimas de represores en Argentina
Lejanas, las esperanzas de hallar vivo al desaparecido Julio López
Ampliar la imagen El alba�il Jorge Julio L�pez, cuando testific� el 28 de julio contra Miguel Etchecolatz FOTO Ap
Buenos Aires, 12 de octubre. Después de 25 días de búsqueda de Jorge Julio López, testigo clave en el juicio contra el represor de la pasada dictadura Miguel Etchecolatz, desaparecido en la provincia de Buenos Aires desde el pasado 18 de septiembre, las esperanzas de encontrarlo con vida se hacen cada vez más lejanas, mientras continúan las amenazas a fiscales, abogados y ex víctimas de la dictadura, ante lo cual comenzó una fuerte movilización a escala nacional.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, descartó la posibilidad de haber hallado ayer a López -sobreviviente de la pasada dictadura- después de comprobar la identidad de un anciano, víctima de un asalto que fue arrojado encapuchado y maniatado desde un auto en un barrio bonaerense al norte de esta capital.
Desde hace días se realizan grandes manifestaciones en todo el país y el gobierno mantiene la recompensa de más de 60 mil dólares a quien de datos sobre López.
Por otra parte, el Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Brasil envió a esta corresponsalía un documento en que declara su profunda "consternación y preocupación" ante las amenazas e intimidaciones que sufre Claudia Allegrini, "nuestra compañera luchadora por los derechos humanos que en mucho colaboró con nosotros los brasileños en el tema de nuestros compatriotas desaparecidos en Argentina".
Allegrini ha colaborado en la apertura de varias causas aquí y es querellante en el Tribunal Penal de Roma por la desaparición de su compañero, Lorenzo Ismael Viñas -hijo del escritor David Viñas-, víctima de la Operación Cóndor, la coordinadora criminal de las dictaduras militares del Cono Sur en los años 70.
También desde Brasil rechazan "las amenazas e intimidaciones a testigos, querellantes y sus familiares, y a los magistrados que están actuando en los juicios que se les sigue a los violadores de los derechos humanos durante la dictadura argentina".
Allegrini, quien trabaja en la Secretaría de Derechos Humanos del gobierno nacional, recibió un mensaje en su casa en que se le advierte: "Suerte, es la próxima elegida".
Pero también recibió otro en su trabajo, el pasado 23 de septiembre, en que le comunican "que le reservamos un lugar en la ley 24411, para que su familia pueda cobrar la indemnización por su desaparición o asesinato. Le recordamos que usted abrió varias causas y sigue siendo parte querellante para seguir destrozando a nuestras familias (de militares responsables de crímenes de lesa humanidad). Te decimos basta con la prepotencia de creer que ustedes son las víctimas y nosotros los asesinos. Acordate que podés ser en cualquier momento uno más. ¡Sabemos todos tus movimientos! ¡Pensalo!"
El documento de Brasil que denuncia esta situación está suscrito por Jair Krischke, secretario general del movimiento.
Otras dos denuncias hubo en el país, y el pasado 9 de octubre María Cristina Saborido, ex detenida desaparecida (julio de 1977) que pasó por el Pozo de Banfield, centro clandestino donde también estuvo López, recibió una nota en el que la mencionaban como "zurda" y la amenazaban con aplicarle la picana eléctrica, y también a sus hermanos y al novio de su hermana.
Este fue atacado en la calle, el pasado 8 de octubre, por dos hombres que lo cortaron en un brazo acusándolo de "zurdo".
También el pasado 10 de octubre se presentó una denuncia en los tribunales de Lomas de Zamora, donde los hermanos Ariel y María Monte relatan el terror que vivieron durante cuatro horas, después de haber sido detenidos esposados y golpeados brutalmente en una comisaría de la zona (Mármol), cuando estaban reunidos para ir a una manifestación a exigir la aparición con vida de López. Allí los acusaron de "subversivos" y los amenazaron con desaparecerlos, "como a López".
Esta semana, con mensajes en la web de grupos ligados a la dictadura, la emprendieron con el ex general Martín Balza, embajador en Colombia, que se pronunció contrario a un pedido de amnistía para los represores y además cuestionó al ex presidente de facto Reynaldo Bignone, a quien sugirió llamarse a silencio, después que éste había pedido a los jóvenes continuar con lo que ellos "no habían podido terminar".