Usted está aquí: sábado 14 de octubre de 2006 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

Litorales mexicanos, a la venta

Ser la quinta potencia turística mundial, el objetivo

Lectores a favor y en contra de la medida

Las rebanadas del pastel:

Entre los "novedosos" planes del próximo gobierno se cuenta el de ubicar a México como quinta potencia turística a nivel internacional (actualmente es la octava), y para alcanzar tal meta la futura administración no hará mayor cosa que seguir los pasos del "cambio", entre ellos, básicamente, privatizar los litorales que tercamente la Constitución intenta mantener bajo propiedad de la nación.

Es de dominio público que cuando menos 36 por ciento de los litorales mexicanos han sido -o están en vías- privatizados por el gobierno foxista bajo esa entelequia llamada "franquicia", por medio de la cual capital extranjero se ha apropiado de una buena porción del territorio nacional. La más reciente, para el ególatra magnate Donald J. Trump, en el municipio Playas de Rosarito, Baja California, una de las entidades de la República con mayor número de "franquicias". Días atrás comentamos esta situación, y los siempre generosos lectores aportan más información sobre la venta de garage.

Desde Tijuana: "efectivamente, la Constitución se la pasan por el arco del triunfo. En la carretera escénica Tijuana-Ensenada lo único escénico que ha quedado es el telón de casas, condominios y hoteles que están construyendo a orillas del mar. Hace seis años, antes del ''gobierno del cambio'', era posible ver el Pacífico cuando uno manejaba de una ciudad a otra. En verdad era un paseo costero hermoso. Se podían ver unas puestas de sol por esta época de octubre que no se le envidian a ningún paraíso extranjero. Con el ''gobierno del cambio'', el país sí cambio en realidad... pero de dueño. Para ingresar a alguna de las playas en todo este paseo costero es necesario hacerlo por algún hotel, trailer park, condominio o fraccionamiento, los cuales, claro, están fuera del alcance de los mexicanos. Sólo nos queda ver el mar de lejitos y en postales, porque para entrar a él ya ni a mojarse las patitas" (Pablo Juárez, [email protected])

También de por allá: "los baja californianos, a diferencia de la gente del centro y sur del país, no vemos a las empresas extranjeras como demoníacas. Un complejo de la magnitud que pretende la empresa de Donald Trump es precisamente el tipo de inversión que queremos en el estado. Crea trabajo, y la derrama económica indirecta es bienvenida. Vamos a suponer que una empresa mexicana pretendía comprar esos terrenos y desarrollar un complejo similar ¿Has trabajado alguna vez con empresas inmobiliarias mexicanas? Yo si. Con las grandes, y lamento decirte que son ineficientes y corruptas. Sí, las extranjeras también son corruptas, pero estamos de acuerdo que no tanto. Para mi estado, prefiero la inversión extranjera. Puedo asegurar que la mayoría lo hace. Es más fácil y seguro trabajar con ellos. Ignoro el contrato de compra-venta de los terrenos, pero, en mi experiencia, el gobierno federal no vende los terrenos litorales; los concesiona a un periodo largo y vuelven a la Federación. ¿Cuáles son las razones por las que molesta la construcción de este complejo? ¿La tan mentada soberanía? (Pedro Loyola-Chávez, British American Shared Services, pedro_loyola-[email protected])

Desde el otro extremo (geográfico): "desde hace más de 30 años las costas del Caribe Mexicano se han estado vendiendo a extranjeros. Tal es el caso de Cancún, y más recientemente la Riviera Maya. El primero, a inversionistas estadunidenses; el segundo, a españoles, quienes ya nos reconquistaron. Casi toda la infraestructura turística se ha hecho con campesinos mayas de la península yucateca y, más reciente, con chiapanecos de diversas etnias, que al no tener trabajo en sus lugares de origen, emigran a conseguir sueldos de miseria como albañiles y otros oficios, sin el mínimo respeto a sus derechos humanos y laborales. Estos empresarios turisteros frecuentemente se quejan cuando bajan los índices de ocupación hotelera, viéndose obligados a prescindir de los excedentes de mano de obra en hoteles y restaurantes, desempleando a gran número de paisanos. Cuando es la temporada alta entre ellos mismos se los piratean para satisfacer la mayor demanda de mano de obra. Allí está Isla Pájaros, propiedad privada del multimillonario Roberto Hernández; se supone que las islas mexicanas son propiedad de la nación" (Ignacio Cano, [email protected])

Regreso a BC: "sobre la especulación gringa de bienes raíces en la llamada Baja California, podríamos pedirle a Carlos Slim que con su inmensa fortuna compre esos terrenos de inmobiliarias mexicanas, que en realidad son prestanombres de particulares gringos. Así se evitaría la futura pero pronta anexión de Baja California a Estados Unidos, porque es grosero y deleznable ver que en la ribera del Río Mulegé sólo hay casas de gringos; en la Bahía Concepción sólo hay casas de gringos sobre la costa; en Loreto sólo hay gringos comprando en la costa. Supuestamente no está permitido en la Constitución que extranjeros posean bienes en el margen de los ríos, y mucho menos en las costas, pero antes de que por 'seguridad nacional' de esos extranjeros lleguen marines gringos a California y la anexen, que Slim compre esos terrenos para que se queden por lo menos en manos mexicanas, al fin que el dinero le sobra; no le quitaría ni el 10 por ciento de su grosera fortuna". (Oscar Jiménez, [email protected]).

No sólo Baja California. Son 17 estados de la República, con mil 122 kilómetros de litoral (sin considerar el insular). Ese es el "novedoso" plan de la "continuidad".

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