Entrevista a FRIEDRICH KATZ, HISTORIADOR
Siempre me ha fascinado la historia de los de abajo
Presentó en el país su libro Nuevos ensayos mexicanos
Ampliar la imagen La historia de México es muy rica en movimientos populares, de un pueblo que no se deja, manifestó Friedrich Katz, ayer Foto: Guillermo Sologuren
Con una notable labor para comprender la evolución mundial y la de México, en particular, el prestigiado investigador austriaco propone: ''se debe escribir una historia analítica, sí, pero también narrativa''
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
Siempre me ha fascinado la historia de los de abajo y esto no va a cambiar nunca, porque es un factor decisivo en mi comprensión histórica.
Esta afirmación del historiador austriaco Friedrich Katz permite trazar lo que ha sido su trabajo a lo largo de varias décadas, el cual le ha valido el reconocimiento internacional como uno de los mejores investigadores de la historia de México, país en el que hizo puerto en su viaje al exilio.
En estos días visitó el país para presentar su libro titulado Nuevos ensayos mexicanos, editado por Era, que recopila diferentes textos publicados desde sus inicios y cuyo común denominador es la evolución de México comparada con distintos momentos de la historia en el ámbito internacional.
Especialista en las interrelaciones entre Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, su trabajo fue reconocido por la Universidad de Chicago, de la que es profesor emérito, al bautizar con su nombre el Centro de Estudios Mexicanos, y ha recibido numerosos premios tanto en México como en otros países.
Pasión que nació con el exilio
En entrevista con La Jornada, Katz habla de su labor como investigador:
''Siempre tuve pasión por la historia. Había motivos obvios: primero, mi padre era historiador y, segundo, yo viví la historia más bien desde su lado negativo en el sentido de que soy austriaco, pero a la edad de tres años nos fuimos a Berlín, donde mi padre era periodista y una de sus especialidades era escribir artículos satíricos contra Hitler; cuando los nazis llegaron al poder vino la policía a nuestra casa a buscarlo y afortunadamente no lo encontraron.
''Tuvimos que huir a Francia, donde comencé una vida de exiliado. En 1938 nos echaron de ese país, como sucedió con muchos refugiados; fuimos a Estados Unidos y tuve que readaptarme, pero no conseguimos visa permanente y llegué a México. Fuimos una familia muy perseguida por la historia."
Friedrich Katz hace un reconocimiento a Lázaro Cárdenas, "un hombre al que hasta el final de mi vida manifestaré un profundo agradecimiento porque salvó mi vida y la de mis padres".
Fue durante ese exilio cuando nació su dedicación por la historia, en general, y la de México en particular. Esa disciplina se convirtió entonces en su ancla y por eso siempre trata de ver los problemas desde esa perspectiva y trazar los paralelismos entre varios países, comparar.
''Ser exiliado tiene aspectos muy negativos, pero también otros positivos: uno conoce muchas culturas, no desde arriba sino desde abajo.
''Así, el exilio aparte de ayudarme a tener muchos idiomas, también me ayudó a tener una perspectiva comparada y a ver la historia mexicana siempre en un contexto mundial."
Así, por ejemplo, los textos que conforman Nuevos ensayos mexicanos ''se relacionan con la historia de México, algunos tienen un enfoque diplomático, otros de política externa.
''Obviamente la diferencia que va de los aztecas a la Segunda Guerra Mundial es bastante grande, pero el enfoque siempre ha sido entender los aspectos de la historia mexicana, y sobre todo entenderlos dentro de una perspectiva mundial.''
Katz se dedicó a México primero por simpatía hacia Cárdenas, después porque en su periodo como estudiante del Liceo Franco-Mexicano se dio cuenta de que era una materia que ocupaba poco espacio.
''Eso me enfureció y comencé a leer por mi cuenta, lo que me ayudó mucho: en lugar de tener una historia oficial leí lo que yo quería y me empezó a fascinar el periodo prehispánico y el de la Revolución; estudié un año en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y ahí me fascinó la historia de los aztecas.
''Cuando regresé a Alemania comenzó a interesarme toda la política alemana durante la Primera Guerra Mundial, donde trataron de provocar una guerra entre México y Estados Unidos, para que los estadunidenses no pudieran intervenir en Europa."
Vastedad de una obra escrita
El resultado de la persistente labor de Friedrich Katz ha dado vida a varias obras, entre ellas La guerra secreta en México, Revuelta, rebelión y revolución. La lucha rural en México del siglo XVI al siglo XX, De Díaz a Madero. Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana, La servidumbre agraria en México en la época porfiriana, sin olvidar el libro que dio vida a un Pancho Villa ni bueno ni malo, ni héroe ni villano, que es el referente para los trabajos relacionados con el Centauro del Norte. Toda su obra está escrita de forma sencilla, pero siempre analítica.
''No siempre soy muy bueno en fechas. Mi idea de la historia es escribir una que la gente entienda, no sólo fechas sino un vocabulario normal que cualquier persona pueda leer y no tener un vocabulario complejísimo, con tipos de frases que sólo los iniciados entienden.
''Me parece que ese no es el sentido de la historia. Uno debe escribir para un amplio público, proponer una historia analítica, sí, pero también narrativa."
En su niñez y adolescencia leía los libros de historia como novelas de aventuras, porque ''la historia de México es tan rica, de movimientos populares, de un pueblo que no se deja. Pienso por ejemplo en la Independencia: en América del Sur y en México hubo un gran movimiento independentista, pero sólo aquí fue también una revolución social.
''Los movimientos de Bolívar y San Martín en América del Sur no tenían nada de similar con la revolución social de Hidalgo y Morelos.''
Tendencia a vulgarizar los hechos
Además, añade Katz, de todos los países de América Latina, México fue el que más sufrió agresiones extranjeras. ''Pienso en dos de ellas muy grandes: la de Estados Unidos que le costó la mitad del territorio en 1847, y la de Maximiliano, mi 'compatriota', y Napoleón.''
''Por otra parte -prosigue Katz- México fue el único país que pudo vencer al colonialismo europeo en aquellos días. Así que esa tradición de lucha también me fascinó."
-Dentro de todo este contexto histórico, ¿cuál es su análisis de lo que ocurre actualmente en México?
-No me quiero meter en la política actual de México, primero porque soy extranjero, segundo, porque la información que tiene uno en Europa, donde estuve un tiempo, y en Chicago, simplemente no es la adecuada para dar juicios al respecto.
''Obviamente hay una polarización muy aguda, pero la diferencia con tiempos anteriores es que ninguno de los contendientes quiere una revolución o una solución violenta. Creo que esa es la gran diferencia.''
En materia de historia, o de escribir la historia, Friedrich Katz reconoce que cambian las percepciones y los conceptos, ''pero lo que no ha cambiado para mí es que siempre me ha fascinado la historia de los de abajo y esto no va a cambiar nunca.
''La situación mundial ha cambiado, ha desaparecido el mundo socialista, la Revolución de Octubre no fue lo que mucha gente esperó, sin embargo, mi concepto de que lo que cuenta en la historia es lo que hizo el pueblo, los de abajo, y eso sigue siendo un factor decisivo en mi comprensión histórica".
Lo que sí ha cambiado, precisa el investigador, es que actualmente los medios de información permiten dar a conocer los resultados de trabajos históricos con mayor rapidez, ''pero también hay un aspecto negativo, porque existe una tendencia internacional de vulgarizar muchos aspectos de la historia, verla en blanco y negro cuando en realidad hay muchos matices".
Oportunidad para los vencidos
-¿Se mantiene la afirmación de que los vencedores escriben la historia?
-Sí en muchos sentidos, pero obviamente hoy día, en estados democráticos los vencedores ya no tienen las posibilidades que tuvieron antes.
''Los vencedores pueden tener más acceso a los medios, a la información, pero también hay posibilidades para quienes no están del lado de los vencedores de escribir su historia y de darla a conocer.
''El peligro siempre ha sido que los vencedores, al dominar las fuentes de información, de divulgación, pueden escribir preferentemente su historia, pero a más democracia más apertura; así que se puede escribir también del lado de los vencidos.''