En emocionante final venció al búlgaro Vesselin Topalov, en el tie break
El ruso Vladimir Kramnik se proclamó nuevo y único rey del ajedrez mundial
En noviembre se enfrentará al cerebro electrónico Deep Fritz, en duelo a seis partidas
Elista, Rusia, 13 de octubre. Costó mucho, pero el ajedrez mundial ya tiene un nuevo y único rey. Después de 13 años de cisma, de una emocionante final e inclusive de un conflicto por los baños, el ruso Vladimir Kramnik derrotó al búlgaro Vesselin Topalov en el tie break y se ciñó la corona unificada de la especialidad.
Kramnik se proclamó el decimocuarto campeón mundial de ajedrez de la historia y prosiguió la hegemonía rusa en el juego-ciencia desde hace casi 60 años, a excepción de los breves paréntesis del holandés Max Euwe (1935-37) y del estadunidense Bobby Fischer (1972-75).
El gran maestro moscovita de 28 años batió a Topalov por 2.5-1.5 en las cuatro partidas de ajedrez rápido del tie break.
El duelo a 12 partidas puso fin al cisma que atenazaba al ajedrez desde 1993, cuando el entonces campeón mundial, Gari Kasparov, rompió con la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) por la cuantía de los premios.
El entonces indiscutible líder del deporte ciencia del orbe creó junto con el gran maestro británico Nigel Short una organización rival: la Asociación Profesional de Ajedrez (PCA), que a partir de entonces organizó sus propios campeonatos del mundo. El cisma del ajedrez estaba empezando.
El triunfo de Kramnik puso fin a la división y ahorró muchos problemas y sinsabores, pues el ruso había anunciado ya que solicitaría la intervención de la Corte Arbitral del Deporte (CAS) de Lausana si Topalov ganaba el Mundial de unificación por el punto "regalado".
El gran maestro moscovita había propuesto jugar antes del tie break la controvertida quinta partida, a la que el ruso no se presentó por el affaire de los baños, pero la FIDE no reaccionó.
Topalov, de 31 años, número uno del ranking mundial, era el favorito por sus mayores méritos, tras haber ganado este año los prestigiosos torneos de Wikj aan Zee, Linares y Sofía.
Tras la cuarta partida, con el resultado de 3-1 a favor del ruso, el mánager de Topalov presentó protesta alegando violación del fair play, porque Kramnik durante la tercera partida había ido en cuatro horas 50 veces a su baño particular.
A diferencia de las habitaciones de descanso individuales, las zonas íntimas no están controladas por videocámaras. Allí Kramnik podría haber utilizado medios de ayuda prohibidos.
El tribunal de arbitraje dispuso cerrar el baño de Kramnik y que ambos utilizaran el mismo cubículo. El gran maestro moscovita, ofendido, se negó a aceptar la decisión, con el argumento de que así constaba en su contrato y no se presentó a jugar la quinta partida, que se le dio por perdida.
A pesar de los conflictos, la final, que se disputó desde el 23 de septiembre, se vio recompensada espléndidamente: cada uno de los grandes maestros recibió medio millón de dólares independientemente del triunfo o la derrota.
A Kramnik no le quedará mucho tiempo para descansar, pues del 25 de noviembre al 5 de diciembre se enfrentará en Bonn al cerebro electrónico Deep Fritz en un duelo a seis partidas. El ruso tiene asegurado un premio de medio millón de dólares, que duplicará en caso de triunfar.
Llega Anatoly Kárpov
El gran maestro Anatoly Kárpov, uno de los campeones mundiales de mayor prestigio en la historia del ajedrez, llegará este sábado invitado por el gobierno del Distrito Federal y el Centro Cultural El Juglar, para ser testigo de honor del Festival de Ajedrez de la ciudad de México, a realizarse el próximo 22 en el Zócalo.
En el evento, más de 13 mil jugadores intentarán romper el récord mundial de partidas simultáneas. Kárpov también buscará una marca mundial Guinness: más de dos mil firmas en seis horas.