Evidencias de abusos, además de armas y droga
Reos prostituían a 12 menores en Guatemala
Guatemala, 14 de octubre. Al menos una docena de menores fueron prostituidas por presos de Pavón, principal cárcel de Guatemala, unos 30 kilómetros al este de la capital, que por más de una década estuvo controlada por los reclusos aglutinados en el Comité de Orden y Disciplina, indicaron autoridades.
"Durante la requisa que llevó más de 15 días se encontraron fotografías y videos que detallan que los internos mantenían relaciones sexuales con menores; incluso uno coleccionaba como trofeos ropa íntima de jovencitas", afirmó el director de Presidios, Alejandro Giammattei.
Las fuerzas de seguridad tomaron Pavón el pasado 25 de septiembre, para recuperar el control de la prisión, un día después de que la prensa local alertó sobre la existencia de una rama del crimen organizado que operaba en esa cárcel. La acción policial dejó ocho reclusos muertos.
"No sabemos si estas jóvenes eran familiares de algún otro preso, si accedían a ser abusadas por pago de favores o si formaban parte de una red de prostitución de menores. Los videos hacen pensar, por el sonido ambiente, que los encuentros ocurrían durante los días de visita", agregó.
Giammattei sostuvo, y mostró la evidencia a los medios locales, que fotografías y ropa íntima localizada en la vivienda del recluso Pedro Montoya, condenado por homicidio, tenía los nombres de las menores a quienes pertenecían.
"Este interno tenía la fijación de coleccionar la ropa íntima de las menores con las que tenía encuentros sexuales"; luego rotulaba las prendas con cinta adhesiva. "Se puede inferir que él colocaba la cámara para grabar las relaciones", explicó.
El miércoles pasado, el fiscal Alvaro Matus informó que las diligencias judiciales en dicha cárcel habían concluido, al tiempo que anunció sobre el hallazgo de una máquina para falsificar tarjetas de débito, junto a 64 plásticos con su respectiva banda magnética adherida y una lista de nombres y números de cuentas bancarias.
Además, hallaron siete pistolas, dos fusiles y cinco granadas; 100 armas punzo cortantes; 200 teléfonos celulares; 17 computadoras; cuatro motocicletas; 25 kilos de mariguana, y títulos de propiedad de terrenos dentro del penal.
El recuento final detalla el desmantelamiento de una fábrica de licor clandestino y tres buzones, donde se supone que los internos escondían armas, drogas y dinero, o bien mantenían en cautiverio a víctimas de plagio.
Las diligencias judiciales se realizaron, según Matus, en 473 casas y covachas, así como en 420 bartolinas o aposentos de la cárcel.