Los programas sociales, un fracaso
Un estudio realizado por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social en los valles centrales de Oaxaca -una de las regiones más pobres del país- resalta la inoperancia de los programas sociales del gobierno federal, en especial Oportunidades, porque no estimulan la producción ni el combate a la pobreza. Eso sí, generan pereza.
Según una encuesta entre mujeres que obtienen pequeños créditos de Bancomunidad, esos programas han sido utilizados para la manipulación política, la cual es ejercida básicamente por las promotoras. De hecho, durante la segunda mitad del sexenio, plantea, se estuvo enfatizando que el programa Oportunidades era federal, es decir, ligado con el Partido de Acción Nacional.
Consigna algunos comentarios de promotoras del Centro de Desarrollo Comunitario Centéotl y de mujeres inscritas en Bancomunidad sobre Oportunidades. De igual forma, comparaciones entre ambos programas.
Sobre Oportunidades, las beneficiadas con créditos de Bancomunidad aseguran que el dinero recibido se gasta sin la posibilidad de hacerlo productivo; el programa no está disminuyendo la pobreza en el campo, dicen, y señalan que les conviene tener más hijos para recibir más fondos.
Admiten que cuando coinciden los temas de las reuniones semanales tratados en Bancomunidad con los abordados en Oportunidades, hay un reforzamiento que resulta benéfico para las asistentes; las pláticas de los representantes de Oportunidades a veces son repetitivas y se consideran requisito para recibir los recursos; aseguran que siempre existe la posibilidad de que el dinero que obtienen las beneficiadas por el plan gubernamental sea reclamado por el marido. En el caso de Bancomunidad no, pues la jefa de grupo verifica en cada domicilio que el préstamo sea aplicado al proyecto.
Sobre Bancomunidad, las mujeres de los valles centrales aseguran que contribuye a la mejoría de las condiciones de vida de personas de escasos recursos, permitiéndoles satisfacer sus necesidades básicas; propicia que algunas adquieran la capacidad de atender por sí mismas esas necesidades, en lo que implicaría "romper el círculo de la pobreza".
Juan Balboa