Melón
Nuevos soneros
NUEVAMENTE EL AMBIENTE sonero se viste de luto. Además del fallecimiento de Torombol, sonero veracruzano, lamentamos los de Angá, Richard Egües y, recientemente, el de Tommy Olivencia. A éste último tuve oportunidad de conocerlo y compartir con él tarima en San Francisco y San Pedro Wilmington, California, en bailes donde también actuó Ismael Miranda, en los albores de mi exilio "cortesía" de Venus Rey. Espero que estén a la vera del Señor, formando parte de la guerrilla celestial, la cual está llena de exponentes de calidad extraordinaria que nos dejaron páginas muy difíciles de igualar.
POR OTRA PARTE, con gran satisfacción déjeme comunicarle, monina, que he sido testigo de la aparición de varios grupos que me han causado grata impresión. A los conjuntos Efe Ele y Juventud Sonera, del puerto de Veracruz, se suman La Constelación y Ché Maney (qué nombre tan raro), que actuaron en La Maraka.
LA CONSTELACION ACOMPAÑO a Vladimir y Alexis, soneros venezolanos, con una calidad que merece reconocimiento a pesar del malinchismo que todavía está presente en nuestro México. Demostraron que hay talento joven que puede tener un futuro promisorio. Dicho sea de paso, felicitaciones al Charro y a Porfirio Luna por presentar en su feudo a estos exponentes nacionales.
POR SU PARTE, Ché Maney hizo un marco de aquellita a mi conocido Adalberto Santiago y a Cano Extremera, al que llaman "el rey del soneo". Ojalá que estos chavos no se mareen y logren alcanzar la altura a la que llegarán si siguen por ese camino.
PARA SEGUIR CON las sorpresas agradables me invitaron a un festival de danza celebrado en San Luis Potosí, ciudad a la que encontré bellísima, además de que tiene un movimiento musical notable. Por supuesto, el son cubano se mueve en serio y pude disfrutar con el saoco, jícamo y sabor que imprimen a la música con salsa dos grupos que ponen a gozar al público potosino. Debo mencionar que si las veracruzanas están por la maceta, las potosinas también tienen lo suyo. ¡Sí que sí!
LE CONTARE, MI nagüe, de estos dos conjuntos que me hicieron escucharles con atención y placer, así que va mi relato. Por razones de cortesía y educación tuve que permanecer tres horas en un sitio llamado El Greko, que me mantuvo con la espalda pegada a la pared, ya que dicen los que saben que de viejo duele más, cosa que no impidió que pudiera escuchar al Son Caribe en dos intervenciones.
EN ESTA AGRUPACION toca el bajo Nicolás Alfonso Gutiérrez, hijo del Cachorro, sonero ya fallecido, lo que habla de su dedicación porque empezó tocando el tres y ahora también canta con gran sabor. El lugar donde se presentan se llama La Acequia, que es administrado por el promotor cultural Fernando Betancourt y Fernando Carrillo, cantante y director artístico del Son Caribe.
LA NOCHE SIGUIENTE estuve en El Gallinero para escuchar al grupo Soneros, fundado en 1992 y comandado por Juan Carlos Hernández, con la colaboración de su esposa en el teclado, tres trombones que suenan como uno de lo acoplados que están, un violín y la sección de percusiones que desarrolla su labor con muy buenas maneras. Carlos también canta en compañía de un chavo que sabe lo que hace.
EN FIN, BONKO, si usted tiene pensado visitar San Güicho, vaya con la seguridad de que encontrará saoco con sabor a tuna.
RECIBAN MIS MODESTAS felicitaciones todos y cada uno de los grupos mencionados, y por favor no desmayen: sigan como dijo Ismael Rivera, pa' lante y pa' lante como el elefante. ¡Vale!