Hoy, función de gala de El laberinto de un fauno, en el Festival de Morelia
México va que vuela para puritano: Guillermo del Toro
A mi cinta, "no le hubiera venido mal la clasificación B... aunque no me parece tan terrible"
Tenemos más permisibilidad con la violencia fantástica y más con la que viene de fuera, dice
Morelia Mich., 17 de octubre. Este miércoles se llevará a cabo la premiere de gala de El laberinto del fauno, en el cuarto Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
En conferencia de prensa, este martes, el director Guillermo del Toro (Jalisco, 1964), opinó sobre la clasificación C que RTC puso a la cinta: "No le hubiera venido mal una B, pero como están las cosas, no me parece tan terrible: el país va que vuela para puritano, entonces, para el año que entra, después de estas bellas navidades, la película hubiera estado en D, o, como decía (Manuel) El Loco Valdés, en CH".
En cambio, dijo, "tenemos mayor permisibilidad con la violencia fantástica, y más con la que viene de fuera: si es Schwarzenegger curiosamente disparándole a gente extrañamente morena, pues que sea B, porque es diversión".
En contraste, "la violencia en esta película no es gratuita... es muy dolorosa y realista. No pretende que los niños salgan de ahí y se agarren a botellazos para divertirse. Es una violencia bastante brutal e incómoda".
Del Toro opinó que la película inclusive podría ser A: "Si los niños pueden ver Terminator o todo tipo de películas con violencia, pueden ver esta cinta. Si la violencia es explicada por los padres, tiene sentido".
Para él, las clasificaciones nunca fueron un obstáculo: "Cuando yo era niño, me metía a las de C. Vi la obra completa de aquella gran actriz Edwige Fenech".
Respecto del tema de la guerra y la niñez, presente en El espinazo del diablo (2001) y El laberinto del fauno, contó: "En El espinazo..., los personajes creen que la guerra está lejos, que nunca va a llegar a ellos, y llega a través de la propia dinámica de los personajes". En cambio, "en El laberinto..., el padrastro de la niña es un oficial fascista (en España de 1944) que reprime gente que en teoría no existe. (Durante décadas), el franquismo negó la existencia de la resistencia y les llamaban ladrones, y, no sé a qué gobierno les pudiera recordar, pero no les reconocían la capacidad política, ni de ejército".
Del Toro intentó que la presencia de la guerra fuese sutil: "No es necesario presenciarla para cotidianamente estar afectados por ella; El laberinto... trata sobre eso.
"El laberinto..., que estuvo en la selección oficial del Festival de Cine de Cannes (2006), trata de la gran necesidad que hay de ser desobediente. Vivimos -política, familiar y socialmente- obedeciendo reglas que no inventamos. En este momento, la desobediencia es necesaria en todos los países del mundo, incluyendo México. Una desobediencia ciega no es buena, pero una desobediencia con responsabilidad sí lo es. La niña desobedece a todos los personajes, su única obediencia es a su instituto y a su razón."
En otro momento, Del Toro habló respecto del enemigo en El laberinto...: "Decía (Jean Paul) Sartre que el infierno son los otros, pero el infierno son casi siempre los otros que viven al lado tuyo. Lo más difícil de superar es la familia, a la vez es lo más bonito. En la familia se gestan los grandes amores y los grandes odios de la vida". La guerra civil española tiene esa característica: "En una casa había un padre fascista o un hermano republicano".
"Hay que tener raíces, pero no fronteras"
Siguió: "Al final de cuentas, todos somos iguales. Siempre he dicho: hay que tener raíces, pero no hay que tener fronteras, porque las raíces son una realidad que nos da la vida, la familia y el país. Las fronteras son las chingaderas que inventaron los políticos para robar más de un lado que del otro".
"Mi romance con la fantasía empezó a muy temprana edad porque me hice pipí", confeso Del Toro.
"La fantasía y mi vejiga han estado extrañamente conectadas. Mi hermano y yo nos quedábamos viendo el programa Outer Limits, y yo tendría dos añitos o menos", dijo. A pesar de la prohibición de los padres a ver el programa, vieron "un episodio que se llamaba El Mutante", en el que salía "un mutante calvo, con ojos enormes. Cuando salió el mutante me oriné". Para que no los descubrieran, su hermano lo encerró orinado en la cuna. "Acto seguido, el hijo de la chingada agarró unos huevos de plástico que vendían en la tienda del mago Kordi, se puso una media de mi jefa en la cabeza, se asomó en la cuna y me volví a mear. Me encontraron meado y llorando".
Las secuelas de este episodio dejaron "secuelas": "a partir de este episodio del terror nocturno empecé a ver monstruos en la habitación. Me daba miedo salir de la cuna, entonces me empecé a hacer pipi todas las noches".
Hizo un paréntesis y aclaró: "No se preocupen: cuando pasen El laberinto del fauno no me voy a mear. A los 42 años ya he logrado controlar ciertas partes de mi anatomía".
Pero una noche se levantó en la cuna y le dijo a los monstruos: "Si me dejan ir a orinar seré su amigo el resto de mi vida. Y así empezó".
Uno de aquellos monstruos ahora está en la pantalla grande: el fauno. "Cuando era niño y dormía en casa de mi abuela, en el último cuarto del piso de abajo, detrás del ropero de mi abuela, a media noche salía un fauno... daban las 12 de la noche en el Templo del Expiatorio, en Guadalajara, se oían las campanadas y salía la mano de atrás del ropero, luego salía la pata de cabra y la cara de cabra y me meaba otra vez. Esa figura se quedó conmigo todos estos años".
Hay también otro motivo por el que el fauno está en El laberinto...: "Quería ligar a la guerrilla y a los seres mágicos con la naturaleza. Tanto la guerrilla como los seres mágicos parecen salir de entre los árboles, anunciados por un polen que flota en la atmósfera. El fauno es una figura mitológica neutral: para ser guía de la niña no quería que fuera ni bueno ni malo, sino como la naturaleza: algo neutral, ni bondadoso ni destructor, o ambas cosas".
El laberinto del fauno se va a exhibir en "300 o 400 salas". Fue producida por la compañía de Guillermo del Toro, Tequila Gang, Estudios Picasso Fábrica de Ficción SA y Esperanto Filmoj. Es la segunda vez que Tequila Gang coproduce con España una cinta suya. "La película representa un esfuerzo muy grande de mantener el balance entre México y España, tanto a nivel económico como creativo. Tuvimos un gran balance de talento mexicano detrás de la cámara y es la película que he hecho que más me gusta, con la que estoy más satisfecho y orgulloso".
(Con información de Carlos F. Márquez)