JAZZ
Edgar Campos, descanse en jazz
COMO LO VENIA haciendo desde noviembre de 2004, el Cuarteto E'k (estrella en maya) se presentó el pasado domingo 15 de octubre en el restaurante Harvey's, enclavado en la zona de Polanco. Cuatro días a la semana hacían tres sets diarios, y el domingo los dos primeros transcurrieron sin mayor contratiempo: la gente que llenaba el lugar había escuchado ya temas como All blues, 'Round midnight, Mercy mercy, la versión bossa de Misty, que el grupo había montado tiempo atrás, y hasta el tema de Los Picapiedra.
A LAS CINCO de la tarde, los músicos vuelvieron al escenario para tocar el último set. Guillermo El Pollo Carvajal se sentó al piano, Carlos Elías tomó el sax, Agustín Reyna el bajo y Edgar Campos, frente a su batería, empezó a pulsar las baquetas de bambú. En ese instante, sin más, el baterista cayó muerto, víctima de un infarto fulminante.
EL ESTUPOR FUE general. Alguien del público trató de reanimarlo. La ambulancia no tardó y los paramédicos ratificaron que Edgar Campos había muerto... una voz femenina aseguró que el maestro todavía podía escuchar y le pidió a sus compañeros que tocaran algo. Carlos Elías empezó a dibujar con el sax las primeras líneas de In a sentimental mood, Reyna se colgó del bajo para seguirlo, mientras El Pollo Carvajal, todavía en shock, se abrió paso para llegar hasta el piano. Todo mundo gardó silencio para escuchar el tema de Duke Ellington.
EDGAR CAMPOS BONILLA nació en la ciudad de México, el 3 de diciembre de 1950. Desde muy joven, junto a su hermano, el saxofonista Alejandro Campos, fue capturado irremediablemente por los sonidos del jazz y el blues, inclinándose desde un principio por el straight ahead, el cool y el bop. Aunque nunca se adentró académicamente en el estudio de la música, fue siempre poseedor de una innata musicalidad que lo llevó a dominar la guitarra y la batería, siendo este último instrumento el que adoptó de manera profesional.
DURANTE SU LARGA carrera artística, formó parte de innumerables bandas y combos, sobresaliendo con un cuarteto ochentero junto a Carlos Matute en los teclados, Miguel Bermejo en el bajo y Alejandro Campos en los saxos, además de un trío de la misma época con Santiago Derbez en el piano y Sósimo Hernández al bajo. Destacan también, sin duda, sus incursiones junto a Olivia Revueltas en la época del Arcano y junto a Verónica Ituarte durante dos o tres años, viajando por todos lados, pero aterrizando siempre en El Chato, el desaparecido foro de Colima y Tonalá.
EN LOS ULTIMOS tiempos, además del Cuarteto E'k, Edgar formaba parte de El Club del Algodón, quinteto de jazz-blues donde además de El Pollo, Reyna y Edgar, aparecían la voz de Laura Koestinger (líder del grupo) y la guitarra de Darío Federico. Así pues, literalmente, Edgar Campos (se) entregó a la música hasta el último aliento. Descanse en jazz.