EL CERVANTINO
Intenso y festivo diálogo entre ritmos guajiros y música de concierto
Guanajuato, Gto, 18 de octubre. El aire frío del centro de Europa vuela y se mezcla con el del Caribe. La combinación huele a inmensas catedrales, pero también a tabaco y sal, a suavidad. Tal es la esencia de Trovarroco, conjunto cubano que une la música barroca y renacentista europea, con la rica tradición de son y trova de la isla.
Integrado por Rachid López Gómez, en la dirección y guitarra; César Bacaró, en el contrabajo, y Maikel Elizarde, en la guitarra tres, uno de los instrumentos de cuerda más auténticamente cubanos, el grupo originario de Santa Clara se presentó en la ex Hacienda San Gabriel de Barrera de esta ciudad, como parte del 34 Festival Internacional Cervantino (FIC).
Bajo una lluvia que por fortuna dio tregua, el trío ofreció un programa en el cual se encontraron la música guajira y la concertante, en un diálogo intenso y gozoso. Comenzó con un repertorio más cercano a lo barroco, para después incorporar ritmos tradicionales cubanos.
Uno de los momentos más emotivos fue sin duda su versión de la Sonata facile, de Mozart, obra pensada originalmente para piano y cuyo nivel de ejecución es complicado. Pero Wolfi tuvo a bien aparecerse en los dedos sabios de Maikel Elizarde, quien a mitad de camino dio un giro al son, lleno de virtuosismo, que el público reconoció con aplausos de pie.
Intercalando lo mismo trova que flamenco, jazz y algunos de los ritmos más locales de la música cubana, Trovarroco interpretó también el Chan chan, de Compay Segundo; Mamá Inés, de Eliseo Grenet; el Danzón almendra, de Abelardito Valdés, y dos temas de la Orquesta Matamoros, entre otros.
Vallenato mata diluvio
En la última semana del Cervantino, los espectáculos musicales parecen haberse colocado entre lo más atractivo. Eso sucede con el conjunto suizo Festival Strings Lucerne, el ensamble italiano Trío Abdón y Fabrizio Festa, el compositor belga Wim Mertens y, por supuesto, la Philharmonia Orchestra, de Gran Bretaña.
Pero la gente en las calles pudo darle cauce a sus ganas de divertirse y bailar, sin pago extra, con la presentación en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas de los Reyes Vallenatos, un combinado all stars de este género bailable colombiano.
Para no variar en estos días de clima cambiante y traicionero, la lluvia llegó y se fue con distinta intensidad por lo menos cinco veces durante el concierto, pero eso no fue suficiente para ahuyentar a las más de 300 personas que se dieron cita protegidas con paraguas e impermeables.
''¡Vamos a bailar la cumbia porque la cumbia emociona!", cantaron. Y vaya que provocaron emoción a todos los presentes, con la salvedad de un hombre con un plástico gris en la cabeza que, imperturbable, miraba mientras todos bailaban a su alrededor.
Para cerrar, las majestades del acor-deón eligieron una serie de temas llegadores, como La pollera colorá, La gota fría y el infaltable Los caminos de la vida, auténtico himno edípico-existencial que puso una nota sabrosa pero melancólica al espectáculo.