Instalan la Comisión de Derechos Humanos del Senado que encabezará la activista
Rosario Ibarra: no me mueve la venganza, quiero que se respete la ley
Reconoce el trabajo de José Luis Soberanes por su defensa de las garantías básicas
Con la participación de decenas de luchadores sociales y directivos de organismos no gubernamentales, ayer quedó instalada la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República, cuya presidenta, Rosario Ibarra de la Garza, ofreció trabajar tal como lo ha hecho desde hace más de 30 años, cuando inicio la lucha por encontrar a su hijo Jesús Piedra Ibarra, desaparecido durante los años de la guerra sucia.
Aunado a ello, insistió en que no la mueve la venganza ni desea un México del ojo por ojo. "Lo que queremos es que la justicia no siga secuestrada y que se cumpla la ley para que no se pisen los derechos humanos, pues de nada sirve tener buenas legislaciones si no se aplican", puntualizó.
Luchadora social, ex diputada, ex candidata presidencial y hoy senadora de la República, Rosario Ibarra encabezó ayer los trabajos de instalación de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara alta, en donde logró reunir lo mismo al presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, José Luis Soberanes, que al exdirigente estudiantil de 1968, Raúl Alvarez Garín; a las madres que luchan por la presentación de sus hijos desaparecidos en la década de los 70; a los maestros de Oaxaca, que demandan la salida del gobernador Ulises Ruiz Ortiz; al titular de la Comisión de los Derechos Humanos de la Ciudad de México, Emilio Alvarez Icaza, o al coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete.
Ocho de los 15 integrantes de la comisión legislativa participaron en la ceremonia en la que salieron a relucir las consignas para que se presenten vivos a los desaparecidos; para que salga el ejército de Oaxaca, y para puntualizar que el 2 de octubre no se olvida.
El senador Fernando Ortega Bernés, del PRI, hizo un reconocimiento a la CNDH y en especial a su presidente, José Luis Soberanes, quien ha demostrado ser un hombre con la sensibilidad necesaria para trabajar con temas muy puntuales. Por su lado, la panista Martha Leticia Sosa Govea consideró que es una oportunidad trabajar al lado de una luchadora social como Rosario Ibarra, lo que arrancó el aplauso de los presentes.
El senador de Convergencia Francisco Javier Berganza planteó que deben hacerse reformas para proteger a los defensores de los derechos humanos, por ejemplo, dar fuero a los visitadores de la CNDH.
Como última oradora, Rosario Ibarra de la Garza ratificó su intención de trabajar. "Estoy aquí con el ánimo de trabajar como lo he hecho sin tener este foro del Senado".
Nerviosa, confesó no haber aprendido las normas del protocolo parlamentario a pesar de haber sido diputada e incluso dijo ser "medio chivo en cristalería", lo que provocó sonrisas entre los asistentes. Agregó que siempre pensó que sería la gritona placera, sin llegar al lugar donde se hacen las leyes.
En esta parte de su discurso, agregó que es necesario que se cumpla la ley, porque si no es así no tiene caso que exista. "De nada sirve que haya legislaciones ricas y poderosas si no se cumplen."
Como luchadora social que es, se manifestó en contra de las demandas que se han interpuesto en contra del ombudsman nacional por su tarea como garante de los derechos humanos; de los abusos cometidos en Atenco, Oaxaca y Tabasco y durante el conflicto estudiantil de 1968. Es un saldo terrible el que arrastra el país en lo que hace a violación de los derechos humanos, subrayó la legisladora, quien también criticó que se pretenda criminalizar la pobreza.
Insistió en que no la mueve el odio ni la venganza y que buscará en todo momento sembrar cosas buenas para buscar el respeto de la garantías individuales. Manifestó que no quiere un México del ojo por ojo y que tampoco la justicia siga secuestrada.
Georgina Saldierna y Andrea Becerril