Usted está aquí: viernes 20 de octubre de 2006 Política Venezuela infiltra terroristas a EU por la frontera mexicana: congresistas

Según informe de la Cámara de Representantes también aumenta el tráfico de drogas

Venezuela infiltra terroristas a EU por la frontera mexicana: congresistas

Señalan que las autoridades deben combatir a cárteles que gozan de poder económico ilimitado

AFP

La frontera entre Estados Unidos y México presenta riesgos de "infiltración" de terroristas desde América Latina, especialmente desde Venezuela, señala un informe de la Comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes estadunidense, que denuncia asimismo un crecimiento del tráfico de drogas, personas y armas en la zona.

El informe, del que la AFP obtuvo una copia, está focalizado especialmente en el límite entre ambos países en el estado de Texas, y está basado en una recopilación de informes de expertos y de notas de prensa, algunas de ellas de hace más de tres años, así como testimonios de autoridades estadunidenses.

"Autoridades militares y de inteligencia estadunidenses creen que Venezuela está emergiendo como un potencial centro neurálgico para el terrorismo en América", señala el informe.

"El gobierno venezolano está emitiendo documentos de identidad que podrían ser usados subsecuentemente para obtener una visa de Estados Unidos y entrar al país", añade.

Caracas está "proveyendo asistencia a radicales islámicos de Medio Oriente y a otros terroristas", denuncia.

"Recientemente, varios paquistaníes fueron detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos con documentos venezolanos fraudulentos", añade el texto divulgado por el representante de Texas, Michael McCaul, presidente de la Comisión de Seguridad Interior.

La ruta desde el Medio Oriente

Según el informe, investigaciones de las autoridades de migración y aduanas señalan que extranjeros fueron llevados desde Medio Oriente a regiones de América del Sur y América Central, "antes de ser ilegalmente introducidos en Estados Unidos".

"Miembros del Hezbolá (chiíta libanés, considerado un grupo terrorista por Washington) entraron a Estados Unidos por la frontera sur", añade.

El reporte denuncia un aumento de la actividad de organizaciones criminales que se dedican no sólo al tráfico de personas y drogas, sino también de armas y dinero a través de la porosa frontera entre México y Estados Unidos.

"La región fronteriza entre Texas y México ha experimentado un alarmante incremento en el nivel de actividad criminal de los cárteles, incluyendo tráfico de drogas y de personas", algo que afecta la actividad de las agencias federales de seguridad fronteriza.

Estos grupos aprovechan la infraestructura carretera que parte de los 43 puntos de ingreso fronterizos entre los dos países (18 de ellos en Texas), para canalizar el ingreso de drogas y de personas, dos actividades que según el reporte están cada vez más ligadas entre sí.

"Los cárteles operan a lo largo de la frontera con armas militares, tecnología e inteligencia, y su propia fuerza paramilitar", denuncia el informe, según el cual estas organizaciones disponen de "dinero ilimitado para comprar las armas más avanzadas y toda la tecnología disponible".

El texto indica que según cifras oficiales entre 10 y 30 por ciento de los inmigrantes ilegales que se aventuran a cruzar por el sur del país son capturados, y una cifra similar de la droga que ingresa al país por esa zona es incautada.

La Cámara de Representantes del Congreso estadunidense, de mayoría oficialista republicana, promovió este año un duro proyecto de reforma migratoria que incluía la construcción de un muro en la frontera binacional.

La Cámara de Senadores estadunidense propuso su propio proyecto, y ambas instancias fracasaron en la conciliación de las iniciativas.

Sin embargo, a finales de septiembre, el Legislativo aprobó una ley que habilita la construcción de un vallado doble en mil 200 kilómetros de frontera, para la cual el presidente George W. Bush ya ordenó destinar algunos fondos en el presupuesto del Departamento de Seguridad Interior. La cuestión de la seguridad interna es uno de los temas centrales de la campaña electoral para las elecciones legislativas que tendrán lugar el 7 de noviembre en Estados Unidos.

 
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