EL CERVANTINO
El arte toma lugares públicos en Guanajuato
Destacan la participación de La Pocha Nostra, Niña Yhared y Miguel Angel Corona
Ampliar la imagen Uno de los carteles que han sido desplegados en las calles de Guanajuato Foto: María Luisa Severiano
Guanajuato, Gto., 21 de octubre. El arte urbano se apoderó de museos, plazas, calles, jardines, patios y muchos más espacios públicos en la ciudad de Guanajuato.
Escultura, instalaciones, videos y una galería al aire libre en la valla que rodea a la Alhóndiga de Granaditas son parte del agasajo visual-urbano que se presenta en la versión 34 del Festival Internacional Cervantino que concluye este domingo. El amplio abanico artístico-cultural incluyó las 38 exposiciones en el que lo mismo se evoca al centenario de Julio Ruelas, para recordarlo el próximo año, que al arte de cuatro siglos de Rembrandt. De lo kitch a lo clásico.
La interacción del público con algunas de las piezas también fue planeado ex profeso por los organizadores. La gente -dicen- ha dado lecciones de civilidad al no dañar las obras y mantenerlas intactas en cada caso. En las interactivas también han participado con sobrado entusiasmo, como es el caso del cubo en el que se permite grafitear y en la escultura en bronce de Jorge Marín que fue trasladada del teatro Juárez a la Casa de Cultura guanajuatense, tras caérsele el dedo meñique que se sujetaba, al igual que los nueve restantes, de los círculos que giran alrededor de la singular figura masculina.
La Pocha Nostra regresa al Cervantino, sentencia uno de los más de 30 carteles que cubren el enlaminado en donde se presentan los espectáculos nocturnos en la histórica explanada. Cinco imágenes del autodenominado "auténtico chicano" y su Pocha Nostra provoca la curiosidad de aquellos que se sientan alrededor del lugar. Entre lo trabajos destacan los de los performanceros Niña Yhared y Miguel Angel Corona, éste último guía durante un recorrido a La Jornada y explica que es artífice de una de las imágenes: "El dedo vengador que ataca de nuevo" y Bajo sospecha en donde señala a los "impunes, corruptos y oportunistas". Mientras Yhared en una tinta alude a la sexualidad con una alegoría de ninfas "erotosas", la imagen de la "irreverente" Regina Orozco la exhibe con un halo angelical, La rebelión de los centauros y muchos más carteles de arte digital provocan a que los observen tanto niños y adultos.
Un carro cubierto de mosaicos de talavera -incluidos los rines y con coloridas cortinas en su interior- también sobresale entre el animado universo de gente, puestos de comida, verduras y locales que circunda a la Alhóndiga. El especial carro, obra de Betsabeé Romero, que a decir de Corona "lo industrial se convierte en artesanal" integra una grabación en la que se escuchan singulares sonidos humanos.
El muro del maíz, La espiga, y mucha más obras dispersas están por toda la ciudad durante la fiesta cervantina que arrancó el pasado día 4 y en las que participaron los artistas Jorge Yazpik, Fernando Llanos, Reynaldo Velásquez, Mariana Pereza, Diego Toledo, Eloy Tarcisio, Maribel Portela, Trinidad Ramírez, César Espinosa, Gustavo López y Araceli Zúñiga, entre otros.
Gloria Maldonado, subdirectora de Artes visuales del FIC expresó: "La diversidad de lenguajes y propuestas son la apuesta para esta versión y permite mostrar otra fase del festival que no son sólo los espectáculos".
Texturas, figuras, objetos, materiales, creadores nacionales e internacionales, recintos y espacios públicos muestran otra óptica del arte y la "expansión del universo".
Entre las exposiciones destacan las videoinstalaciones de Willie Doherty, las figuras elaboradas en chaquira, papel y varilla de Universos cotidianos, del español Alfredo García Revuelta; Rembrandt cuatro siglos; Miradas verticales, gestos materiales, obras de maestros iberoamericanos del dibujo y la gráfica. Además de Línea sanguínea. de Trinidad Ramírez; Julio Ruelas. El dolor del éxtasis: un nostálgico atardecer, homenaje en vísperas de su centenario y Eko, Mauricio Gómez Morín, Fabricio Van Den Broeck con Los 400 golpes.