Bollywood arruina el cine de Bangladesh y Pakistán
Dhaka/ Islamabad, 21 de octubre. La tradicional ida familiar al cine local se ha vuelto poco más que un recuerdo nostálgico en Bangladesh y Pakistán, donde sus habitantes prefieren quedarse en casa y mirar en la televisión películas prohibidas de Bollywood.
La caída en desgracia de las salas de cine locales, que están siendo convertidas en centros comerciales tanto en Dhaka como en Islamabad, son un testamento de la política y de la piratería en esos dos tradicionales países musulmanes que lindan con India al este y al oeste.
Las películas de India en idioma hindi, muchas de las cuales son grandes producciones, son muy populares en Pakistán y Bangladesh, donde dicho idioma es fácilmente entendido.
Pero en ambos países se ha prohibido su proyección en la pantalla grande, debido a las preocupaciones gubernamentales por las escenas de las actrices que son seducidas por hombres y que bailan en disfraces reveladores, ya que pueden penetrar en sus culturas musulmanas, las cuales valoran la modestia femenina.
"Los filmes indios simplemente van en contra de nuestra religión, cultura y gusto", dice Abdur Rashid, politólogo de Bangladesh. "Si permitimos que sean vistas, contaminarán nuestra sociedad."
La industria cinematográfica de la ciudad de Mumbai, comúnmente conocida como Bollywood, produce cientos de filmes taquilleros al año, muy populares en India y países fronterizos.
En contraste, las películas realizadas por las industrias cinematográficas de Bangladesh y Pakistán son consideradas de aficionados y aburridas, comparadas con la glamorosa Bollywood.
La pantalla grande
El cine Kohsar de la capital pakistaní, Islamabad, es un lugar solitario. La última sala que sobrevive, un cavernoso auditorio de 700 asientos, está virtualmente desierta.
"Es raro ver la película en un recinto tan grande con sólo 11 personas", dijo Jahanzeb, chofer pakistaní.
Su propietario, Mohammed Igbal Mian, está esperando a que el ayuntamiento apruebe la clausura del Koshar y lo convierta en un centro comercial.
"Para mí es como una empresa fracasada. Pero permito que siga porque da trabajo a mis empleados", dijo.
En Dhaka, para el ama de casa Shiri Akhtar, los recuerdos de su infancia están llenos de las tragedias, las comedias y los dramas que vio en el cine local. "Casi nunca me perdía una nueva película que se estrenara", dijo la mujer de 35 años.
Pero estos días, las pocas salas de cine que todavía funcionan en Dhaka están vacíos, excepto por algunos personajes sospechosos atraídos por las proyecciones nocturnas e ilícitas de películas occidentales que muestran escenas de parejas besándose.
Las autoridades de Bangladesh prohibieron los filmes de la India de las salas en 1972, quejándose de que las escenas de las mujeres que cantaban y bailaban eran eróticas y violaban las tradiciones islámicas y del país.
En Pakistán, las películas de la India fueron prohibidas después de una guerra entre ambos vecinos, a mediados de la década de los 60.
Reuters