Legisladores de PRD, PT, Convergencia y PRI delimitan postura en interparlamentaria
No se permitirá apertura energética, advierte la izquierda a canadienses
Ottawa, 24 de octubre. Ante congresistas canadienses, legisladores de PRD, PT y Convergencia, e inclusive del PRI, dejaron claro que no hay condiciones para la apertura del sector energético mexicano, como pretende el gobierno panista. Con ello echaron abajo los señalamientos que formularon ahí mismo senadores de Acción Nacional.
Primero, Rodolfo Dorador Pérez Gavilán resaltó que deberá reabrirse el debate en México a partir de las propuestas de Felipe Calderón para hacer productivos a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y luego el también senador panista Jesús María Ramón Valdés llamó a conformar una comisión bilateral que "por la vía rápida" atienda la apertura energética.
La discusión en los trabajos de la 14 Reunión Interparlamentaria Canadá-México se dio antes de la visita que mañana inicia Calderón a ese país. Por ello, el coordinador perredista, Carlos Navarrete, recalcó que el gobierno panista ha insistido mucho en la privatización del sector petrolero y eléctrico, pero la oposición no lo permitirá. Se requieren dos terceras partes del Congreso para reformar la Constitución y ningún partido tiene esa mayoría calificada, advirtió.
El tema energético fue el último punto de la agenda que ayer se discutió. Tanto el líder de la Cámara de los Comunes, Peter Milliken, como Rose-Marie Losier-Cool, presidenta en funciones del Senado, resaltaron que para Canadá, uno de los principales productores de petróleo del mundo, este es un asunto importante.
Milliken recalcó que su país produce "varios millones de barriles de petróleo" y seguirá invirtiendo en esa actividad, además de que aspira a que haya "seguridad energética dentro de nuestros límites". Hacia ese camino, agregó, deben avanzar juntos Canadá, Estados Unidos y México", además de pensar en los cambios tecnológicos que permitan sustituir las formas actuales de energía por otras "más limpias", como la eólica.
El panista Dorador Pérez Gavilán aprovechó la coyuntura para sostener que la discusión se ha reabierto a partir de que Felipe Calderón tiene en su programa de gobierno propuestas para la apertura energética, con el propósito de que el sector crezca y se modernice.
Después, su compañero de bancada, Jesús María Valdés, planteó "tomarle la palabra al diputado Milliken" -quién un día antes insistió en conformar comités bilaterales para dar seguimiento a los temas tratados en la interparlamentaria- e integrar una comisión de legisladores canadienses y mexicanos "que, por la vía rápida, vea el área energética de México".
Sostuvo que hace 20 años México y Canadá estaban en las mismas condiciones de desarrollo, pero ahora la nación anfitriona despegó a tal grado con la apertura que tiene reservas de energéticos para cien años y nuetro país sólo para diez.
"La perforación de pozos lleva de seis a siete años. México no tiene la experiencia ni la tecnología ni los recursos económicos para ello, y precisamente ayer el senador líder de la minoría, Dan Hays, nos comentó que Canadá puede auxiliarnos en ello. Yo quiero hacer aquí una recomendación a los legisladores mexicanos, a todos, para que el tema energético lo tomemos por lo vía rápida y encontremos una solución".
Había varios oradores inscritos, entre ellos el diputado priísta José Murat, para refutar a los panistas, pero los canadienses pidieron que se agilizara la discusión -que ya se había alargado- y sólo hablaron el petista Rodolfo Solís Parga, para expresar el rechazo a la privatización energética, tema que retomó luego el senador Navarrete.
"Me gustaría mucho recalcar, para que la delegación canadiense lo registre, que cuando se trata de energía eléctrica, gas y petróleo, hay una ley superior, que es la Constitución de la República, en la cual se garantiza que los energéticos están en manos del Estado", advirtió este último.
El perredista puntualizó que la propiedad estatal de los energéticos no es una ocurrencia, sino que data de 1938, cuando se expropió el petróleo a empresas extranjeras, y desde entonces cada vez que se plantea la participación de capital privado en el sector siempre se ha cancelado, no sólo porque se requiere de una reforma constitucional con dos tercios del Congreso, sino porque la opinión pública la rechaza.
"El partido que está en el gobierno ha venido insistiendo en esta posibilidad de apertura del sector energético; la oposición de izquierda no la comparte y será muy difícil que una iniciativa en ese sentido pase, porque ningún partido cuenta con la mayoría calificada en el Congreso". Lo que sí se hará, planteó, es impulsar la modernización de Pemex, para que en manos del Estado pueda ser competitivo.