Fox fundó todo en supuestas relaciones personales con Bush, critica la ex canciller
Debe el próximo gobierno dar mayor dignidad al trato con EU, señala Green
Tendrá que advertir que hay cosas que no pueden pasar, como el "muro de la ignominia"
Ampliar la imagen Rosario Green, ex canciller y presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado Foto: Francisco Olvera
La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Rosario Green, advirtió que el próximo presidente de México deberá realmente dar "un giro de timón" en materia de política exterior, a fin de asumir "mucha mayor dignidad" en el trato con Estados Unidos, y advertirle incluso que "hay cosas que no pueden pasar", como el "muro de la ignominia".
Canciller en el sexenio de Ernesto Zedillo, consideró que la relación con Washington no ha estado del todo bien en los últimos seis años, pero la decisión de construir un muro en la frontera norte complica aún más el momento actual, en que se da el cambio de poder en México.
En entrevista, la senadora Green consideró que hubo errores en la conducción de la política con Estados Unidos, ya que el gobierno foxista fundó todo en supuestas "relaciones personales" con el presidente Bush y descuidó los grupos de trabajo, la relación con el Congreso estadunidense y con los demás órganos de poder.
Lo que pasó, por ejemplo -precisó-, fue que desde el inicio el gobierno federal dejó claro que lo que le importaba en el intercambio bilateral era el tema migratorio, "la famosa enchilada completa de Jorge Castañeda, y el poner todas las canicas en este juego, sin ser congruentes con el resto de los otros aspectos de la relación".
Insistió en que la administración de Fox trabajó siempre a nivel de "pláticas con mi amigo Bush o pláticas con mi amiga Condoleezza Rice", sin dialogar y negociar, como se debía haber hecho, "con las instituciones que verdaderamente toman las decisiones en Estados Unidos, como es el caso del Congreso ".
La legisladora priísta resaltó que el Senado hizo un gran esfuerzo para abonar en la relación, por entrevistarse con congresistas estadunidenses, pero todo quedó en pláticas entre senadores, cuando se requería que el Ejecutivo conversara con el Legislativo acerca del alcance de una reforma migratoria que permitiera regularizar la situación de los trabajadores indocumentados.
"Este trabajo no se hizo, al igual que muchas otras cuestiones". Recordó que en pasadas administraciones había instancias de diálogo en las que se incorporaba a empresarios, intelectuales, académicos, funcionarios y parlamentarios, pero en esta ocasión todo fue a partir de que "es mi amigo Bush", y las consecuencias están a la vista.
Por ello, "la época de las relaciones personales ya terminó, y tenemos que volver a las relaciones institucionales, de los grupos de trabajo, y permitir que sean éstas las que resuelvan el diálogo con las contrapartes, para que de veras funcione".
Asimismo, Green dijo que es realmente lamentable que en aras del beneficio electoral, el presidente Bush haya sacrificado una relación que tendría que estar basada en la amistad, en el respeto y el reconocimiento de ser vecinos y de compartir una amplia franja fronteriza.
Esta determinación de levantar un muro en la frontera con México "vulnera una relación tradicionalmente vinculante, construida a partir de una red importante de acuerdos y de grupos de trabajo".
Consideró que en el caso de México se complica aún más, porque se da previo al cambio de poderes, cuando Felipe Calderón tendrá que lanzar su proyecto de política exterior, y hace poco uno de sus asesores sostuvo que habría que dar un fuerte giro de timón a la conducción internacional, sin dejar de reconocer que la relación con Estados Unidos seguirá siendo prioritaria para el país.
"Esperaría que ese giro de timón signifique asumir con mucha mayor dignidad el trato con Estados Unidos, dejar claro al gobierno de ese país que hay cosas que no pueden esperar".
Recordó que cuando el presidente John F. Kennedy visitó Berlín, se paró frente al muro que dividía a familias y ciudades y dijo: "ich bin ein Berliner", es decir, se solidarizó con los alemanes que habían quedado divididos luego de la posguerra, con una división de carácter ideológico y hasta cierto punto impositiva.
"En México estamos viviendo algo muy similar, en términos de un muro que divide familias, comunidades, y lo lamentable es que se trata de una división entre países que son socios en un tratado comercial que va para 12 años".