ENCUESTA NACIONAL DE LECTURA
La mayoría considera la lectura como algo práctico: Canclini
Néstor García Canclini, uno de los principales estudiosos del consumo cultural en México, calificó como "valiosa" la información arrojada por la Encuesta Nacional de Lectura 2006 (ENL), aunque advirtió sobre la falta de "preguntas clave" que "tal vez sean indispensables para entender lo que está sucediendo con la lectura".
Por ejemplo: "¿realmente los jóvenes leen menos, o están leyendo en otros lugares, de otra manera y con fines distintos? Y si no leen tanto como en otras épocas, ¿por qué debieran leer más y qué valdría la pena que leyeran?"
Según la ENL, quienes más leen son los jóvenes entre 12 y 22 años, con escolaridad media y superior, que viven en ciudades con más de 500 mil habitantes, en el centro y el norte del país, sobre todo en el DF, Monterrey y Guadalajara.
Al respecto, García Canclini, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, hizo notar que el mapa anterior, "no corresponde con los de la oferta de libros y la potencialidad de lectura".
Por ejemplo, "algunos de los estados con mayor porcentaje de bibliotecas por habitante, como Tabasco, Tlaxcala y Oaxaca, se hallan entre los que presentan menores índices de lectura".
El especialista notó que la ENL revela una "pobre vinculación entre lectura y gusto", lo cual, sumado al alto número de los que nunca leen, permite afirmar que "la mayoría considera la lectura como una tarea práctica, incluso una obligación: para cumplir con la escuela o con el trabajo".
Los niveles más altos de quienes responden "me gusta mucho leer" no se dan entre quienes más lo hacen (los jóvenes), sino entre quienes tienen más de 46 años, "lo cual pareciera avalar la extendida hipótesis de que la cultura audiovisual y electrónica ha disminuido la atracción por la lectura".
La Red Nacional de Bibliotecas Públicas -recordó García Canclini-, "uno de los equipamientos culturales que más ha crecido en las dos décadas pasadas, cuenta con 7 mil 210 bibliotecas, distribuidas en los 31 estados y el Distrito Federal de modo más equitativo que los teatros, los museos y las computadoras".
En relación con esta infraestructura, resulta interesante saber -según la ENL- que la mayoría de quienes dicen leer lo hace en su casa: de la minoría que lo hace fuera, sólo 10 por ciento menciona las bibliotecas. Junto a esto, 54.3 por ciento de los entrevistados afirmó no haber llegado a comprar ni un libro al año, 20.1 por ciento gastó en libros menos de 500 pesos en el mismo periodo.
Ante estos datos, García Canclini invitó a "reconsiderar con urgencia qué está sucediendo con las 7 mil 210 bibliotecas... o con otras posibles vías de expansión de la lectura".
Autor de libros como Consumidores y ciudadanos, Culturas híbridas y La globalización imaginada, Néstor García Canclini participó en un foro de análisis llevado a cabo ayer en el auditorio de la Biblioteca Vasconcelos (Megabibliotca), donde se marcó el inicio de lo que, sin duda, será un amplio e intenso debate sobre los datos y la interpretación de la ENL.
Otro tema abordado por el investigador fue el de la visión antagónica entre lectura y el mundo del entretenimiento y la información audiovisual. Al registrar el uso del tiempo libre, la ENL "también presenta ver televisión, descansar, las reuniones con amigos y familiares, escuchar música, practicar deportes e ir al cine, antes que la lectura de libros".
En ese sentido, el investigador hizo notar que los estudios sobre cultura y comunicación desde hace "varios años" están replanteando esa "visión antagónica".
También "comienza a cambiar la concepción de la escuela y la interacción de la lectura con la visualidad, el punto de partida es averiguar cómo conviven ahora la cultura letrada, la cultura oral y la audiovisual".
Los saberes y los imaginarios contemporáneos, desde hace medio siglo "no se organizan en torno de un eje letrado, ni el libro es el único foco ordenador del conocimiento".
Ahora "la convergencia digital está instaurando una integración multimedia que permite ver y escuchar audio en el celular o la palm, imágenes, textos escritos y transmisión de datos. Ni los hábitos actuales de los lectores-espectadores-internautas, ni la fusión de empresas que antes producían por separado cada tipo de mensajes, permite ya concebir como islas separadas los textos, las imágenes y su digitalización".
A partir de éstos y otros datos, García Canclini remarcó que "involucrar a los medios de comunicación en el fomento de la lectura (no sólo a las radios y televisoras culturales; también a la televisión comercial como parte de sus responsabilidades públicas en la convergencia digital), es una tarea indispensable para desarrollar la industria editorial y expandir la lectura".