Usted está aquí: domingo 29 de octubre de 2006 Economía La marcha del mercado petrolero

José Antonio Rojas Nieto

La marcha del mercado petrolero

La semana pasada, el mercado petrolero internacional registró el término de una fase de descenso -casi continuo durante dos meses y medio- de las cotizaciones del petróleo. A mediados de julio pasado, el crudo de referencia West Texas Intermediate (WTI) había alcanzado su más alto nivel nominal de los 60 años recientes: 76.70 dólares por barril (64.18 dólares por barril nuestra mezcla mexicana de exportación). No obstante, este precio fue todavía inferior a los precios reales registrados en 1980 y 1981, inclusive al promedio de cada uno de esos dos años. Pues bien, hace nueve días, en el preciso momento en que los precios dejaron de caer, el mismo WTI registró 56.82 dólares por barril, prácticamente 20 dólares menos que su nivel nominal máximo. Y el altamente volátil comportamiento de la semana pasada, aún no permite vislumbrar si este precio seguirá cayendo, se detendrá o, finalmente, se elevará nuevamente.

Los miembros de la OPEP esperan una recuperación. Ponen por delante su disposición por controlar un poco su producción y con ello evitar un mayor desplome. En segundo término aseguran que la inminente elevación invernal de una demanda que en el trimestre del frío alcanzará los 85.5 millones de barriles al día, impedirá mayor baja de precios.

A este respecto, por cierto, hay un ríspido debate. ¿A qué nivel llegará el consumo mundial en el invierno próximo? La estimación de la OPEP es relativamente baja y, sin duda, se vincula con su decisión de controlar un poco su producción y recuperar precios o, al menos, evitar mayor desplome. (¿Será válido hablar de desplome cuando se cotizan a 60 dólares?)

Y, en relación a otras estimaciones, es inferior. El Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE) señala un nivel de 87 millones de barriles diarios para este trimestre invernal; 2) el de la Agencia Internacional de Energía (IEA) es de 86.2.

Un tercer elemento abona en el sentido de la recuperación de precios o del freno de su caída. Se trata del alto nivel de inventarios que tienen almacenes y depósitos de los grandes consumidores de la OECD: casi 2 mil 350 millones de barriles de crudo y petrolíferos en las tres grandes zonas consumidoras (América del Norte, Europa y Asia-Pacífico), las que, por cierto, concentran 60 por ciento del consumo mundial.

Pues bien, los inventarios de hoy son superiores en cerca de 4 por ciento a los más altos niveles de almacenamiento de crudo y petrolíferos de los cinco años anteriores (2001-2005).

¿Qué pasará, entonces, con unos precios que se elevaron de principios de 1998 a julio del 2006 y que -aparentemente- ya descienden de forma crónica? A reservas de que en una siguiente entrega presentemos algunos otros aspectos que nos permitan completar la respuesta a la pregunta (expectativas económicas mundiales, capacidad de crecimiento de la oferta, tendencias especulativas en el mercado, comportamiento de las cotizaciones del marítimo de crudo y petrolíferos y, para sólo señalar una más, riesgos políticos en zonas de producción), permítaseme comentar algo más sobre la evolución reciente de esos precios.

La observación de la trayectoria de su nivel diario registrado entre los primeros días de 1999 y los de la primera quincena de julio pasado, nos lleva a reconocer que el ascenso fue prácticamente continuo, inclusive en etapas de aligeramiento estacional de la demanda. Pero digo prácticamente porque si bien es innegable ese vertiginoso ascenso de casi 60 dólares por barril en ese periodo, entre septiembre de 2000 y enero de 2002, entre octubre y diciembre de 2004, y entre septiembre y noviembre de 2005, se registraron tres descensos importantes -de casi 18 dólares, 14 dólares y 13 dólares por barril-. Pero luego de cada uno de ellos los precios tendieron no sólo a recuperar su pérdida sino a subir aún más, hasta llegar a ese máximo nivel nominal de la primera quincena de julio de 76.70 dólares por barril.

Por el momento, mi opinión es que los precios no seguirán descendiendo y que, por el contrario, registrarán un nuevo repunte estacional este invierno. Y que su nivel para los próximos dos o tres años descenderá un poco, pero sólo un poco, dependiendo primordialmente del nivel de actividad económica, del éxito en la ampliación de la capacidad de producción que se emprendido en varias zonas los años recientes y del ritmo con el que vaya descendiendo el alto nivel especulativo que en fechas recientes se metió en el mercado de futuros del crudo. Ya lo veremos. Pero creo que ya no hay que pensar en precios anuales inferiores a los 45 dólares para el caso del WTI y de 32 a 35 para nuestra mezcla. Sí, eso creo. Sin duda.

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