El clavecinista francés ofrece hoy un concierto con obras de Bach en el Cenart
La música antigua, vigente por ser un bien de la humanidad: Hantaï
Se declara partidario de la libertad para interpretar, semejante a la que hay en el jazz
Se confiesa desinteresado por el repertorio actual ya que los compositores no conocen el instrumento
Ampliar la imagen El clavecinista Pierra Hantaï, durante la entrevista con La Jornada Foto: Cristina Rodríguez
La música antigua lo es sólo por su fecha de creación. Fuera de ello, se mantiene tan vigente como en la primera ocasión que fue interpretada.
De ello está convencido el clavecinista Pierre Hantaï, quien considera que dicha vigencia se sustenta en "la misma razón por la que se sigue leyendo a Platón, admirando el genio de Galileo y disfrutando la pintura de Rembrandt: son bienes esenciales para la humanidad".
Considerado uno de los más virtuosos exponentes en su especialidad, el intérprete francés se encuentra por vez primera en México para ofrecer un par de conciertos, en el que la música de Bach será el eje. El primero ocurrió el viernes pasado, en la biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, mientras que el segundo será este domingo, en la sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart), a las 13 horas.
En entrevista -con ayuda en la traducción de la clavecinista mexicana Norma García-, define que uno de los principales valores del clavecín radica en que "tiene que decir cosas antiguas pero universales y, por ello, vigentes. Es un vector natural de un lenguaje determinado que siempre tiene cosas que expresar".
Indica que la suya es una forma de interpretar poco apegada a patrones históricos o musicológicos. No por otra razón, precisa, sino porque "sabemos muy pocas cosas, no tenemos muchos documentos, además es muy difícil traducir lo que está escrito en los tratados y de que la mayoría de éstos no fueron escritos por los músicos más importantes.
"Soy muy poco musicólogo, más bien aprovecho influencias y al mismo tiempo retomo detalles raros de algunos documentos, que sí han marcado mi desempeño. Mi trabajo, en síntesis, se mantiene alejado de la obsesión histórica".
Agrega que sus parámetros se apegan más al proceder del catalán Jordi Savall, uno de los más importantes musicólogos e intérpretes de música antigua, con quien colabora habitualmente, así como de Nicholas Harnoncourt, otra de las grandes figuras en ese terreno.
Ambos "son especialistas que han buscado poner una tabla rasa entre lo antiguo y lo nuevo, partir de cero y hacer las cosas con una visión nueva. Sí hay búsqueda en el sentido de las obras, sí aprovechan las condiciones sonoras de las épocas, pero no más. En cambio, hay algunos que se consideran musicólogos -de los cuales prefiere no decir nombres-, pero su trabajo no es tan brillante, ya que no buscan ir más allá de lo que arroja la investigación".
De acuerdo con Pierre Hantaï, la música antigua vive en la actualidad un momento inmejorable, luego de que hace algunas décadas era vista con recelo e incluso rechazo, por lo menos en Francia.
El giro, puntualiza, se dio gracias a personajes como el propio Harnoncourt y Gustav Leonhardt, a quien el clavecinista señala como su principal influencia y referente:
"Es un boom que se debe al cambio en las personas, en los medios de comunicación. Es un hecho social y con ello cultural y musical. Nos habíamos alejado tanto de este periodo que nos comenzó a atraer de manera natural. Hubo gente arrojada y valiente que hizo algo que al principio pareció violento.
"Las primeras experiencias no fueron del todo afortunadas, pero poco a poco el interés creció y esta música, la antigua, reapareció y rejuveneció, por decirlo de alguna manera".
En su opinión, se puede hablar incluso de que la música antigua es una especie de moda, aspecto en el que "tiene que ver la dinámica del mercado y la comercialización. Pero, ¿qué no tiene que ver con eso hoy día? Está en todos los dominios desde hace 30 años".
Pierre Hantaï se confiesa nada interesado por el repertorio contemporáneo para clavecín. Explica que la causa es el desapego que tienen los compositores con la naturaleza de los instrumentos, toda vez que les imponen exigencias para los cuales no fueron fabricados, contrario con lo que sucedía hace tres o cuatro siglos.
Hantaï cita como ejemplo el caso de Bach, quien no sólo conocía a la perfección el clavecín y el órgano, sino que incluso colaboró de manera estrecha con varios fabricantes de estos instrumentos.
Abunda: "la relación del instrumento y los compositores ya no es lo misma; no es una relación efectiva ni afectiva con la materia sonora, cuando menos desde hace un siglo".
Respecto con la elección de repertorio, el músico galo se define partidario de la libertad, a la manera como se hace en el jazz, y señala que su selección tiene que ver con la condición de cada instrumento que interpreta, así como el momento emocional y estado anímico que viven él y el público que asiste a sus conciertos.