Trazos y papeles, retrospectiva de los artistas que han expuesto en el lugar
Exposición colectiva muestra 42 años de vida de la Galería Pecanins
Reúnen obras de José Luis Cuevas, Roger Von Gunten y René Freyre, entre otros
Trazos y papeles, colectiva exhibida hasta el 14 de noviembre en la Galería Pecanins, Durango 186, colonia Roma, equivale a un recorrido en el tiempo y la memoria del recinto fundado hace 42 años, conducido por una selección de obra de cuatro décadas de su acervo particular.
De entrada, Ana María, que maneja la galería con su gemela Teresa, se refiere a la "cortina de dibujos" que cuelga sobre la pared de la escalera, que los "jóvenes" de entonces, Ana Checchi, René Freyre y Santiago Rebolledo, hicieron para una instalación como parte de una exposición en 1981. Los dibujos, hechos sobre cartón, son individuales y revelan el estilo de cada quien: los torsos de Checchi, la temática "fuerte" de Rebolledo y las tazas de Freyre. Inclusive, como los dibujos penden de hilos, se pueden desprender.
"Era una obra espontánea, muy de arte pobre, sin grandes expectaciones, pero tiene vigencia. No pierde el momento artístico de la gente joven, que era probar y hacer cosas", expresa Ana María.
La pequeña sala en frente de la escalera contiene una pieza de José Luis Cuevas, "del 64, cuando hacía las parejas. Esta es la de los Borgia". Sigue un dibujo que "nos hizo Roger Von Gunten", de hace más de 30 años, y un grabado del fallecido pintor colombiano Leonel Góngora.
En seguida, una foto de Paolo Gori, gracias a cuya exposición "ganamos el primer premio cuando se celebraron los 150 años de la fotografía en México. Es un fotógrafo comercial, pero tiene un sentido maravilloso del arte. Inventó la lente para esta cámara. Los cuerpos se mueven, pero el entorno está fijo. El movimiento está retratado muy bien".
Pasando a una segunda sala, cuelgan una serigrafía de Pedro Friedeberg, dibujos de Miguel Angel Alamilla, de Guinovart, dos piezas de la serie El poeta en Nueva York, dibujos de Santiago Rebolledo, de Gabriel Ramírez, de la pintora catalana María Girona, una litografía "única" de Bartolí porque no hizo un tiraje, obra de Brian Nissan y de Antonio Seguí, argentino radicado en París.
En el espacio mayor de la galería cuelgan piezas del artista Ricardo Rocha, que "arrancó todo lo que era el Grupo Summa", que en una época hacia todo en papel pautado. Sobre la obra de Roser Bru, Ana María apunta "son los únicos dibujos que tengo a lápiz, porque ya nadie dibuja así". Siguen los trabajos de Yani Pecanins, más torsos de Ana Checchi y un testimonio de la exposición en que Raúl Herrera hizo un homenaje al árbol del Tule de Oaxaca.
Trazos y papeles termina con muestras de Mercedes Pardo, Jordi Boldó, Kasuyo Sakai, Gabriel Macotela, el catalán Viladecans y Armando Saenz.
Ana María recuerda cuando empezó la galería, el primer local era chiquito, de allí que expusieron mucha obra de papel porque era más fácil de manejar. Reconoce que hoy día está de moda "el arte emergente, o no sé, que te cuelgan un cordón o te ponen una caja vacía de zapatos, pero eso no me da el ánimo de que sea una obra artística".
En la Galería Pecanins, continúa, "hemos tenido mucho arte objeto, happenings, por lo general con personas que tenían un sentido de lo que hacían, que te podían explicar de arriba abajo el por qué de lo que hacían. Muchos artistas no lo pueden hacer porque es una racha que están imitando. El día que un chico me pueda explicar qué hace un cordero colgando del techo y que me lo entienda, entonces voy a creer en él. Hay cosas que no me entran. No es que sea retrógrada ni pienso para atrás. Lo que me importa es que haya un pensamiento en el fondo. Te da gusto ver que haya artistas que tienen una intención propia dentro de su cabeza".
Las hermanas Pecanins no niegan que son "medio romanticonas".