Se llevó 7 caballos; uno se le murió en el viaje; allá le compró 2 a Pablo Hermoso
Gerardo Trueba se fue a vivir a España; ha toreado ya 11 corridas
"Entiendo que para un torero de a pie es más fácil hacer la maleta y venirse", confiesa
Ampliar la imagen Aspecto de la Feria de Tlaxcala, que comenzó el pasado sábado y donde se realiza la segunda versión de la Pamplonada en esa entidad Foto: Notimex
Alejado del mundanal ruido, trabajando con sus caballos en el rancho que posee muy cerca de San Miguel de Allende, Guanajuato, el rejoneador Gerardo Trueba, sin decirle nada a nadie, se fue este año a la península ibérica donde, según confiesa, adquirió una finca y dos jacas del hierro de Pablo Hermoso de Mendoza, mismas que agregó a los siete corceles que se llevó de México (de los cuales, sin embargo, cuenta, uno se le murió en el viaje).
¿Y bien? Pues nada, de acuerdo con la entrevista que le hizo Juan Antonio de Labra muy cerca de Sevilla, y que el jueves 26 de los corrientes publicó el taurino portal de Internet llamado burladerodoscom, Trueba participó en ocho corridas en España, en tres más en Portugal y en tres festivales alrededor de Madrid.
"Estoy cumpliendo con un viejo sueño y aunque estoy casi a las puertas del retiro, después de 27 años (de torear a caballo) desde mi alternativa, era una cosa que no quería dejar de hacer. Entiendo que para un torero de a pie es más fácil hacer la maleta y venirse (al reino de Juan Carlos I), pero para mí torear en España era una asignatura pendiente en mi carrera y no quería despedirme sin intentarlo. Hasta ahora ha valido la pena la inversión que supone este paso y el esfuerzo realizado", le dijo a su entrevistador.
Este le preguntó más adelante si ya había actuado en el viejo continente con anterioridad, a lo que respondió que sí, que "había toreado en Francia y Portugal hacía varios años, pero nunca había podido pisar ninguna plaza española. Hace un par de años me vine a ver cómo estaba el panorama y finalmente pude venir a vivir a un pueblito cercano a Sevilla, que se llama Mairena del Alcor, donde tengo mi finca en la carretera que va a Córdoba".
¿Qué hiciste para buscarte la vida?, le preguntó De Labra a continuación y Gerardo le contestó que se portó "como cualquiera que está dispuesto a luchar, y la verdad es que es una experiencia gratificante porque pude torear 11 corridas de toros y tres festivales con buenos resultados. Al principio la temporada se me vino encima porque apenas estaba acondicionando la finca y preparando bien los caballos. Además, todavía no me adaptaba del todo a la embestida del ganado. Sin embargo, creo que el año entrante se abrirán más puertas y podré torear en lugares de mayor importancia, con carteles más rematados y quizá me contraten también en algunas plazas de Francia".
Hijo del abogado Salvador Trueba Rodríguez, un político que en la época de José López Portillo dirigió la Financiera Nacional Azucarera antes de asumir una subsecretaría de Hacienda, Gerardo Trueba Fournier desarrolló desde muy niño una verdadera pasión por la tauromaquia, y quienes lo vieron actuar como becerrista a los ocho o nueve años recuerdan que ya entonces hacía alarde de valor, lo mismo al montar a la usanza charra, en la que intervino en incontables jaripeos realizando con mucho dominio todas las suertes del floreo y del jineteo en lucha de resistencia contra caballos salvajes y toros cebúes.
Discípulo del maestro portugués Pedro Louceiro, que le transmitió los secretos del rejoneo y la costumbre de actuar ataviado al estilo lusitano, que evoca los cuadros de Diego de Velázquez en el Museo del Prado, Gerardo Trueba tuvo, no obstante, una carrera discreta, con escasas tardes de triunfo en la Monumental Plaza México pero con frecuentes presentaciones en cosos del interior del país, lo que lo convirtió en un hombre de carácter discreto, enemigo del protagonismo, alejado de los reflectores y entregado por completo a lo suyo, que es la doma de caballos para el toreo.
Viendo su vida profesional en retrospectiva, ¿cómo le fue en este primer año de su aventura europea? A Antonio de Labra le platicó que de sus 11 tardes en ruedos ibéricos, "hubo dos que me dejaron a gusto. Una en Torrecampo (España), un pueblito de la provincia de Córdoba, donde me salió un toro muy gordo y bravo al que le hice una faena de mucho poder. La otra fue en una plaza portuguesa y para mí tuvo mucha relevancia, porque significó rencontrarme con la fiesta de allá, tan distinta a la española. De hecho, el año que viene intentaré torear más en plazas portuguesas, una vez que me haya compenetrado más con los toros y tenga mejor puesta la cuadra, ya que el nivel de profesionalismo que hay allá es alto".
Trueba añadió que al relacionarse con el mundillo taurino de España y de Portugal ha hecho migas con Fermín Bohórquez, Antonio Domecq y Sergio Galán, por no hablar de Pablo Hermoso, con quien mantiene una alianza (el navarro suele quedarse en el rancho guanajuatense de Trueba) aparte de una buena amistad.