Se está a la espera del informe de auditores de la SFP y visitadores de la CNDH
Inicia la SSP federal indagatoria interna sobre irregularidades de la PFP en Oaxaca
La PGR da a conocer que no halló elementos jurídicos para atraer el caso de Bradley Will
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal inició una investigación interna para determinar si alguno de los elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) que participan en el operativo Oaxaca ha incurrido en irregularidades administrativas, revelaron fuentes de la dependencia.
Agregaron que la contraloría interna está a la espera de que auditores de la Secretaría de la Función Pública (SFP) y visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) -que fueron enviados a esa ciudad capital- rindan un informe oficial sobre lo observado desde el domingo pasado, cuando se inició el desalojo de profesores y miembros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
En tanto, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Cometidos en Contra de Periodistas, dependiente de la Procuraduría General de República (PGR), no encontró los elementos jurídicos que le permitieran atraer la investigación del homicidio del camarógrafo estadunidense Bradley Will, quien murió el pasado viernes luego de un tiroteo en el municipio de Santa Lucía del Camino, Oaxaca.
De acuerdo con funcionarios de la fiscalía, el Ministerio Público Federal esperará a que la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca (PGJEO) realice un desglose sobre esos hechos y envíe un informe a la General de la República, si es que considera que concurre algún delito del orden federal.
Además, las fuentes consultadas indicaron que la Agencia Federal de Investigación (AFI) continuará colaborando en los cateos que las autoridades estatales tengan previstos como parte de las investigaciones que se realizan en la entidad contra grupos subversivos e integrantes del movimiento magisterial y de la Asamblea Popular.
La información -que fue proporcionada en círculos oficiales- indica que las 32 personas detenidas entre domingo y lunes por la Policía Federal Preventiva, serán juzgadas ante jueces del fuero común en Oaxaca, ya que en ninguno de los casos se tipificaron delitos federales.
El órgano interno de control adscrito a la SSP federal, pero dependiente de la Secretaría de la Función Pública, realiza una indagatoria encabezada por auditores y contralores que viajaron desde el pasado fin de semana a la capital de Oaxaca para supervisar las acciones de los oficiales de la Federal Preventiva que desalojaron el centro histórico de esa ciudad.
Cerca de 10 funcionarios de la contraloría interna acudieron a la entidad y estuvieron pendientes del operativo Oaxaca, en el cual la PFP tomó el control parcial de esa localidad.
Los enviados del órgano interno de control, junto con notarios públicos y visitadores de la CNDH, realizarán un reporte que será utilizado por la Secretaría de Seguridad Pública federal para contar con elementos de prueba suficientes en caso de que algún elemento haya incurrido en responsabilidades administrativas.
''En esta operación (Oaxaca) hay gente de derechos humanos; además, con el propósito de fortalecer la investigación interna, cuando se realiza este tipo de operativos -y más cuando la SSP federal está a cargo de los mismos- viaja gente de la contraloría interna de la PFP; al final se emitirá el reporte que puede incluir sanciones administrativas para los elementos que hayan incurrido en irregularidades'', indicó una fuente gubernamental que pidió el anonimato.
Los saqueos, acciones ''atípicas''
Según la información obtenida, los contralores internos -quienes en operaciones policiacas de gran escala, como el aplicado el pasado fin de semana en Oaxaca, se apoyan en los reportes de las visitadurías de la CNDH- serán los encargados de notificar si elementos de la Federal Preventiva incurrieron en acciones atípicas, como las reportadas ayer por La Jornada.
De acuerdo con la información corroborada por este diario, entre la noche del domingo y el transcurso del lunes, los policías federales se dedicaron a saquear comercios cercanos al centro histórico de Oaxaca, y en la rapiña sustrajeron desde refrescos, botellas de agua y bolsas de papas fritas, hasta televisores y aparatos electrodomésticos.