Sus efectos sobre la desigualdad y pobreza son modestos, según el Banco Mundial
Las remesas pueden perjudicar la capacidad exportadora de los países
Sobrevaluación del tipo de cambio y menos competitividad serían los resultados, dice
Washington, 31 de octubre. Las remesas de los inmigrantes latinoamericanos a sus países de origen se han tornado una fuente de ingresos importante para la región, pero pueden afectar negativamente la capacidad exportadora de esas naciones, advirtió este martes en un estudio el Banco Mundial (BM).
Explicó que las transferencias de dinero no deberían ser vistas como un mecanismo sustitutivo de medidas concretas para fomentar el desarrollo.
Las remesas -unos 48 mil 500 millones de dólares en 2005- ''son un motor para el desarrollo, pero en ningún caso pueden sustituir la aplicación de políticas nacionales sólidas en los países'', indicó Humberto López, economista del Banco Mundial encargado de América Latina y el Caribe, y uno de los autores del reporte.
''A pesar de ser positivas, sus efectos sobre la pobreza y la desigualdad son bastante modestos en la mayoría de los casos'', añadió López.
El reporte titulado Cerca de casa: el impacto de las remesas en el desarrollo de América Latina, señala que ''los beneficios de estos flujos se han sobrestimado sin tomar en cuenta algunos de sus costos'', indicó el BM en un comunicado que acompaña la presentación del informe.
Aunque destaca como ''efectos positivos'' de las remesas ''la reducción de la pobreza, mayores ahorros, mejor acceso a salud y educación y aumento de la capacidad empresarial, así como estabilidad macroeconómica, y menor volatilidad e inequidad'', el reporte da cuenta de efectos negativos importantes. Entre ellos, cita ''la potencial pérdida de ingresos, asociada con la ausencia de los emigrantes del seno de sus familias y comunidades''.
Asimismo, destaca que ''las transferencias reducen la fuerza de trabajo en los países de origen, pueden generar una sobrevaluación del tipo de cambio y, por lo tanto, reducir la competitividad del país que las recibe''. En un país donde hay disponibilidad de muchos dólares se produce una apreciación del tipo de cambio de la moneda local, lo que a su vez daña la capacidad exportadora.
Si las remesas se multiplicaran por dos, la apreciación del tipo de cambio promedio variaría entre 3 y 24 por ciento, ejemplificó Pablo Fajnzylber, coautor del informe. Esa relación es notoria en aquellos países en los que las remesas suponen un mayor porcentaje del producto interno bruto, como Honduras y El Salvador, donde las transferencias equivalen a 15 por ciento del PIB. Aun en los recientes 20 años, las monedas de Ecuador, Guatemala y Nicaragua han observado una importante apreciación.
El reporte del Banco Mundial cita además, el ''éxodo de profesionales y trabajadores capacitados'', que abandonan sus países en busca de mejores oportunidades.
Fajnzylber señala entonces que para aprovechar al máximo los beneficios de las remesas es necesario ''redoblar esfuerzos para mejorar el clima de negocios, incorporar a los emigrantes y sus familias al sistema bancario, y encarar las posibles reducciones en la oferta de mano de obra y sobrevaluación del tipo de cambio''.
Según el informe, América Latina y el Caribe constituyen la región que recibe más remesas en el mundo.
El año pasado la zona recibió unos 48 mil 300 millones de dólares por ese concepto, siendo México el principal destino mundial de envíos de dinero de sus migrantes en el exterior (unos 21 mil 800 millones de dólares al año).
Datos del Banco Interamericano de Desarrollo estiman que América Latina y el Caribe recibirán remesas por más de 60 mil millones de dólares en 2006, frente a 53 mil 600 millones en 2005.
Sin embargo, los efectos de las remesas en la pobreza y la desigualdad son distintos. De acuerdo con el reporte del Banco Mundial, ''en lugares como México, El Salvador, Guatemala y Paraguay, los hogares que reciben transferencias corresponden principalmente al segmento más pobre de la sociedad, mientras que en otros, como Perú y Nicaragua, tienden a beneficiar más a la clase media''.
Mientras que los emigrantes de México y América Central provienen de los segmentos de población ''con menores niveles de educación'', los del Caribe y América del Sur tienen un nivel más alto, señala el organismo financiero.