El desarrollo tecnológico en el arte
El reconocido artista electrónico Rafael Lozano-Hemmer busca abrir una puerta que muchos prefieren ignorar en honor del lugar común y el simplismo.
''Estoy muy interesado en seguir una historia relativamente abandonada en el país, que habría de investigar mucho más y hacer una especie de bandera de ella: la historia del desarrollo tecnológico en México."
Menciona algunos ejemplos, como los primeros experimentos de la radio, con los estridentistas u otros grupos de artistas utilizando ese medio de forma creativa. O los primeros experimentos con grabaciones estéreo que hizo Juan García Esquivel, originario de Tamaulipas.
También recuerda a Guillermo González Camarena con su patente de televisión a color, o los aportes sobre el primer casco de realidad virtual del Instituto de Investigaciones Eléctricas, de Cuernavaca, en los años 70.
O los ya mencionados precursores de la cibernética en el Instituto Nacional de Cardiología de la ciudad de México, donde Norbert Weiner y Arturo Rosenbleuth plantearon cómo en un cuerpo en estado vegetativo el corazón seguía latiendo.
Para Lozano-Hemmer existen muchos hitos que los mexicanos tienen que hacer suyos para evitar ''la exotización y el estereotipo''.
Esa historia mexicana, señala, viene por tres lados: la experimentación, con casos como el de Rosenbleuth; la imaginación, con gente como los estridentistas u otros que hacen nuevos usos de esas tecnologías, como los artistas mexicanos contemporáneos, que muestran gran calidad en el mundo artístico electrónico.
Pretender estar más allá de la tecnología no es posible, ya que ésta es un lenguaje, no una herramienta.
''La tecnología es un lenguaje indisociable de nuestro ser. Entonces, sí es un giro interesante el hacerla nuestra'', asegura.
Arturo Jiménez