Ambiente de confort, exclusivo y de alto nivel, prometen los organizadores
La lucha libre VIP, para el público que no acostumbra ir a las arenas
Entre luces de colores, sonido dolby, fuego y mucho confeti, así como con la presencia de varios de los luchadores más populares del momento y algunos actores de televisión, la noche del jueves se realizó en el Salón 21 la primera jornada de Lucha Libre VIP.
"Es un gran orgullo que en México exista el VIP, porque la lucha libre es un deporte y da orgullo que ahora otra gente se roce, que ambas razas se junten en un evento como este", indicó el Místico, favorito del público, al llegar al lugar. "Son importantes, es bueno para jalar personas de otro lado... fresas, de todo", opinó por su parte Volador Jr.
La empresa Navarro Brothers, organizadora del evento y creadora del "nuevo concepto", indicó que el objetivo es presentar encuentros "en ambientes de confort, exclusivos y de alto nivel". Así pretenden ubicar a la lucha libre mexicana "a la altura de los mejores espectáculos del mundo como en Las Vegas".
Oscar Navarro, responsable de la empresa, reconoció que el proyecto implica importantes inversiones, pero "el que no arriesga no gana". Agregó que el fin último es doble: acercar la lucha a otro público que en las "condiciones actuales" de inseguridad no asiste a las arenas y recuperar el lugar de los luchadores como ídolos de niños y adultos.
En el ring, la Lucha VIP no presentó diferencias con los habituales encuentros de arenas y coliseos, pero en la infraestructura y condiciones generales hubo algunos cambios.
Invitados y dueños de boletos más caros (que van de 250 pesos a mil 200) ingresaron ahora por una alfombra roja, donde los representantes de la prensa aguardaban su desfile. Por allí también pasaron luchadores contendientes e invitados, que llegaron al lugar en limusina.
Dentro del salón el público abandonó la tradicional división de técnicos y rudos para ubicarse entre sillas y mesas con servicio de bar. Tras un minuto de aplausos, en honor del recientemente fallecido Huracán Ramírez, comenzó el show de luces, sonido estruendoso y un poco aclamado grupo musical que a petición de los presentes dio paso a los gladiadores.
Por el retorno a la gloria
"Este tipo de eventos visten a la lucha libre y permiten conocer a otro tipo de público, más selecto, que son aficionados nuevos o que casi no asisten a las arenas", consideró el Fantasma, antes reconocido en por su labor social como Fray Tormenta y hoy presidente de la Comisión de Lucha Libre del Distrito Federal. Para el dirigente, el "nuevo concepto" significará múltiples beneficios.
Por una parte, podría reactivar económicamente a la lucha ya que, explicó, "en una función normal, en un deportivo o en una arenita de poca calidad se vienen gastando unos 10 mil pesos en ring y publicidad, y aquí el gasto sube muchísimo".
Consideró además que el viraje al espectáculo elegante y mediático podría potenciar el creciente auge de la lucha y acercarla a su otrora aliado, el cine. "Ya tiene tiempo que no se han hecho películas. Esto puede ser un paso para volver", concluyó.
El cartel inaugural fue singularmente atractivo. Lucha de Minis en la que se enfrentaron Ultimo Dragoncito y Súper Nova vs. P. Damian 666 y P. Hallowen, dos chavos banda de Tijuana. Seguido, el ring de Damas con la guapa canadiense Dark Angel y la local Lady Apache frente a las aguerridas Amapola y Medusa; y como Semi Estelar los fortísimos Rey Bucanero y La Máscara vs. Atlantis y Ultimo Guerrero.
Por último y ante el delirio general, el Místico y Volador Jr lucharon contra el Hijo del Perro Aguayo y Héctor de la Garza.
Aunque la jornada prometía poca emoción por iniciar sin gritos, gente ni cornetas, conforme avanzaron las luchas el ambiente tomó intensidad. Hacia el tercer encuentro aquello parecía una arena.
Con la actuación del Místico la adrenalina llegó a su punto máximo. El luchador no escatimó en vuelos y destrezas, incluida la ya famosa mística. Tanto fue su despliegue que el locutor no pudo evitar comentar que "arriba de las cuerdas se comporta como un güey de la APPO".
Los combates fueron espectaculares en el más estricto sentido de la palabra: mucho vuelo y piruetas, caídas sobre el público y constante correteo de reporteros y camarógrafos.
Las delgadas señoritas, ataviadas con tacones y peinadas de salón, culminaron soltando gritos y señas, al igual que los encamisados jóvenes de clase media y alta que se dieron cita en el Salón 21.
Paula Mónaco Felipe