Guadalupe Acosta, secretario general del sol azteca

"El partido, en riesgo de volver a la marginalidad"

Apremia a resolver "problemas existenciales" internos

ARTURO CANO

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha discutido durante años sus "problemas existenciales" y si no los pone sobre la mesa y toma acuerdos para solucionarlos puede "volver a la marginalidad".

Así lo dice Guadalupe Acosta Naranjo, segundo en el mando perredista, miembro de la corriente Nueva Izquierda (NI), quien pone evento y fecha para solucionar tales "problemas existenciales": un congreso nacional del 3 al 5 de febrero de 2007.

NI, también conocida como Los Chuchos, propondrá en ese congreso formar una nueva dirección, ampliada, ejecutiva, que incorpore a los gobernadores, los alcaldes y los diputados locales, así como a dirigentes de movimientos sociales. Igualmente, planteará establecer reglas para el funcionamiento de las corrientes, con el fin de "aminorar el problema de los poderes fácticos, que no acabar con los líderes".

"Poderes fácticos", como se sabe, es el eufemismo acuñado en algún congreso perredista para referirse a los fuertes liderazgos de Cuauhtémoc Cárdenas y de Andrés Manuel López Obrador.

En su congreso, el PRD habrá de abordar también, sostiene Acosta, las fallas de la pasada campaña electoral. Y se arranca: "Vamos a debatir, por ejemplo, el error estratégico de habernos quitado estructura y promoción, y de poner a gente inexperta, sin conocimiento, que estaba administrando las finanzas del Distrito Federal".

Bajo sospecha

Un día, al calor de las discusiones en las tiendas de campaña del Zócalo, Acosta Naranjo le soltó a López Obrador: "Yo no soy lopezobradorista, yo no soy tu seguidor, estoy en la izquierda antes que tú, y si tú hicieras una fregadera, que te vaya bien. Yo estoy por principios".

Se le anorteña la palabra a Guadalupe Acosta cuando recuerda ese episodio. "Se me enojó, pero se aguantó". Lejos está, a pesar del hablar golpeado, de "deslindarse" de López Obrador.

"Andrés tiene una enorme virtud: nos tiene donde estamos. Es decir, luz y sombra, no ganamos por sus errores, pero sin él no estaríamos en la disputa".

-¿Entonces perdieron por esos errores?

-No, el principal elemento para entender la derrota es la intervención del Estado y del Presidente de la República. Sostengo que ganó Andrés. Y comparto que el país no debe volver a la normalidad, que hay que poner toda la energía para los cambios radicales y no hay que transar con Vicente Fox ni con Felipe Calderón, porque de hacerlo nunca va a haber cambios.

Consciente de que NI es siempre señalada dentro del PRD como la corriente más proclive a la negociación, Acosta la emprende contra los críticos:

"Si alguien ha apoyado a Andrés somos nosotros. Jesús Ortega encabezando tomas, yo en el campamento los 49 días, sosteniendo el movimiento en todos lados, para que dejen de estar sospechando. Somos los que siempre estamos bajo sospecha: 'a ver a qué horas se venden y a ver a qué horas transan'; es muy lastimoso. Aunque no lo hemos hecho por eso, sino por convencimiento."

No hay distancia

Acosta Naranjo llegó a la secretaría general del PRD una vez que NI allanó el camino a Leonel Cota, ex gobernador de Baja California Sur, propuesto por López Obrador para la presidencia del partido.

Dirigente del movimiento urbano popular y luego político local en Nayarit, Acosta Naranjo comenzó su formación en el grupo Punto Crítico, al lado de Javier González Garza, hoy coordinador de los diputados del PRD.

En los meses recientes, jugó un papel destacado en la "resistencia civil" y en el plantón. En el Zócalo, al calor de las discusiones en las tiendas de campaña. Acosta asegura haber debatido varias ocasiones con López Obrador.

-Una vez le dije: "Mi objetivo no es que tú seas feliz, mi objetivo es que el país se transforme radicalmente, y una de las cosas que deben hacerse es democratizar las decisiones".

Si bien no se trata de hacer feliz al dirigente, el PRD tampoco está para romper ni distanciarse de él. Como todos los jefes de NI, conoce la versión de que acordaron "tomar distancia" del tabasqueño.

"Sería una torpeza inaudita tener una trifulca interna, cuando necesitamos la mayor unidad para enfrentar lo que fue un agravio mayúsculo."

A lo largo de la entrevista, Acosta Naranjo formula de maneras distintas su postura frente al liderazgo de López Obrador. "Nosotros vamos con Andrés, pero no somos incondicionales de Andrés ni de nadie, lo que pasa es que el que no es incondicional es traidor".

Como prueba, ofrece un episodio futuro: "dicen que estamos rompiendo con Andrés y nos van a ver, así como vieron a Carlos Navarrete, a los compañeros legisladores, nos van a volver a ver. Felipe Calderón no va a tomar protesta. A lo mejor se va al Campo Militar Número Uno, pero nosotros nos la vamos a jugar".

Aquí encaja la agenda del PRD para los tiempos venideros. Acosta enumera algunos cambios necesarios "para la refundación del país", y subraya: "No queremos inaugurar una carretera, sino intervenir en el destino del país. No queremos más, pero no queremos menos, y no vamos a negociar migajas. Si quieren, en febrero o en abril hacemos las reformas básicas y transformamos al país, cambiamos al Instituto Federal Electoral, cambiamos al tribunal electoral, abrimos los medios, garantizamos la soberanía, vamos por mayor presupuesto para los pobres, vamos por la transformación del Estado. Sí estamos dispuestos a un pacto, pero a ese pacto, no a ver si nos dan una secretaría. Eso sería vulgar".

"Soy afiliado, no simpatizante del PRD"

Acosta es de quienes sostienen que una parte de la explicación de los resultados electorales fue que "muchas decisiones se tomaron en un círculo cerrado, sin nuestra participación del partido".

-Justo lo que critica Cárdenas.

-Cuando Cuauhtémoc hace esas críticas se olvida que son las mismas que muchas veces se le hicieron a él, con justicia.

A lo largo del plantón, afirma Acosta, las aguas fueron recobrando su nivel porque muchos de los "compañeros ocasionales que pensaban en el gabinete" se apartaron.

-Cuando se trata de la resistencia civil, donde se necesita mucho convencimiento político y una estructura, pues el partido cobra mayor relevancia. Aunque 90 por ciento del plantón era PRD y que 10 por ciento del templete era PRD, y viceversa.

-Pero sí había muchos dirigentes del partido en el templete.

-Al final. En los primeros templetes, del cierre de campaña, de las grandes manifestaciones, era un problema hasta conseguir gafete. Alguna vez me detuvieron a mí, siendo el segundo de a bordo del partido, gente que ni conocía. En los estados nuestra gente no podía decir ni dónde se ponía el templete. No hubo prudencia de una parte del equipo de López Obrador, que se sentían tocando el cielo.

"El partido tiene defectos, y eso llevó a pensar a un equipo que se alejó varios años de la vida del partido, que lo podían excluir. La versión muy socorrida era decir: 'Soy afiliado del PRD, pero no soy su simpatizante'. Otros más groseros decían, 'pues con estos bueyes hay que arar, como tienen el registro son un mal necesario, pero la dirección la tenemos nosotros'. Es decir, una actitud de desprecio hacia miles de militantes.

-No son los únicos. Muchas personas de izquierda no se sienten representadas en el PRD.

-Tienen razón en muchas de sus críticas al partido, pero no en que el partido podía ser prescindible.

La megacorriente y las decisiones colectivas

-¿Va en serio la formación de una megacorriente?

-Ya ganamos esa votación en la corriente; yo lo propuse, lo apoyó Jesús Ortega y lo ganamos por amplísima mayoría. Arce no. Se trata de tener una fuerza que le dé gobernabilidad al partido, pero también ligada al movimiento y al espacio institucional.

-Algunas de las propuestas que hacen, por ejemplo, incorporar dirigentes sociales a la dirección, requieren que las corrientes cedan espacios. ¿Lo harán?

-Sí, pero también ocupa voluntad de los caudillos para acatar las decisiones del colectivo (...) Y de las corrientes; debemos tener voluntad política para subordinarnos al interés general.