La disputa por dirigir el tricolor tensa la situación en el partido, dicen diputados
Reconocen en el PRI división por el caso Oaxaca
Los gobernadores se han convertido en factor clave para la unidad del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuando sus dos fracciones parlamentarias -en las cámaras de Diputados y Senadores- están divididas por la obstinación del gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, de mantenerse en el poder, y la incapacidad del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor de sacudirse del poder a los hombres de Roberto Madrazo, ex candidato a la Presidencia.
La división de los senadores y diputados federales del PRI por el caso Oaxaca, aunada a la rebelión de 20 legisladores contra la permanencia de Mariano Palacios al frente de la agrupación, han puesto en jaque la unidad de un partido, que, según el consejero político del PRI Alejandro Gárate Uruchurtu, pretende una nueva dirigencia nacional para complacer a la derecha.
Aspirantes a la presidencia del tricolor, consejeros nacionales y legisladores coinciden en afirmaer que el caso Oaxaca ha sido el parteaguas de la división del PRI, desató la lucha interna por el control partidista.
Pese a la oposición de la dirigencia nacional, la fracción priísta en el Senado se sumó a principios de la semana pasada al exhorto a Ulises Ruiz para que reconsidere separarse del cargo. En contraste, la fracción priísta en San Lázaro se mantuvo en su decisión de sostenerlo para negociar con el Partido Acción Nacional.
Gárate Uruchurtu y los diputados Samuel Aguilar y Elizabeth Morales García coinciden en señalar que Oaxaca y la disputa por la dirigencia los ha llevado a una situación más tensa y difícil.
Se mostraron seguros, igual que sus pares Mauricio Ortiz Proal y Jericó Abramo Masso, que la transformación del PRI pasa necesariamente por la renovación "inmediata e impostergable" de su dirigencia nacional.