Astillero
Púas
Retos a destiempo
Oaxiraka; Norberto
Sombra de gabinete
De cachorro del imperio a cacharro de la impericia: a unas semanas de dejar el poder le ha salido lo agudamente retador a un Vicente usualmente sometido a la Casa Blanca. Torpe, poco inteligente y netamente electorera ha dicho el guanajuatense (mordedor de lenguas propias) que es la política estadunidense constructora de bardas fronterizas. Así ha hablado míster Fox en Montevideo, en medio de presidentes latinoamericanos que un año atrás le acusaban de instrumento servil a Washington, de púa diplomática made in USA. Pero el siempre sorprendente señor del bigotito ha decidido aprovechar sus últimos suspiros internacionales para intentar un improbable deslinde de sus originales querencias; comenzó su administración soñando con el Espíritu de San Cristóbal Ranch y termina asumiéndose adulteradamente como espalda mojada combatiente.
De los gases lacrimógenos a las alambradas de púas. Los liberadores de Oaxiraka se resguardan con tendidos de espinas metálicas en un zócalo al que finalmente no llegan las decenas de miles de presuntos liberados, porque prefieren evitar enfrentamientos (monseñor Abascal, desesperado, envía a la ciudad en rebeldía a un subsecretario de Gobernación que días atrás se negaba a contestar llamadas de celular de la APPO, convencidos los funcionarios de Bucareli de que el envío de las tropas federales a Oaxaca ablandaría a los insubordinados que llegarían a la Segob a negociar con una pistola política en la sien). La propia APPO ha necesitado instalar sus propias púas preventivas ante la presencia de provocadores que, supuestamente solidarios, se declaraban inconteniblemente decididos a entrar en choque directo con los polisoldados. Ese riesgo, el de la provocación, estará cada día más presente, en un contexto en el que es necesario tener presente el boletín de prensa expedido por la Defensa Nacional para dar cuenta de que en Oaxaca dos de sus elementos habrían sido detenidos, golpeados e interrogados durante horas por personas encapuchadas.
Luego de desarrollar una política torpe, poco inteligente y también electorera en relación con el conflicto oaxaqueño, Vicente Fox, ya en fuga política, va dejando en Calderón el control del aparato gubernamental federal, sobre todo en relación con el quemante caso Oaxaca, en el que, según confidencias del círculo íntimo felipense, estaría siendo asesorado por Jorge Tello Peón, ex director del Cisen y presunto aspirante a la Secretaría federal de Seguridad Pública (si fuera por Felipe, ya estaría definida esa secretaría para Tello Peón, pero la todopoderosa suprapresidenta de la República Magisterial, Elba Esther Gordillo, quiere la SSP federal para Miguel Angel Yunes).
Norberto Rivera ha puesto su alambrada terrena en la catedral de México para defenderse de las incursiones críticas de algunas ovejas que consideran que el pastor eclesiástico está demasiado alineado con el poder hoy con el PAN, antes con el PRI, aunque el corazoncito tricolor del cardenal Beto podría haber hecho a Juan Pablo Segundo definirlo como "siempre PRI él". Miembro distinguido del grupo selecto Por México, se llama que trata de dirigir la política nacional, el secretario de asuntos religiosos se ha mostrado comprensivo con la incursión armada federal en Oaxaca y no parece tener palabra de consuelo para los agredidos y desvalidos de aquellas latitudes. Ayer mismo, luego de que algunos manifestantes aparecieron en la misa dominical con manos pintadas de rojo, el buen Norberto recurrió al expediente del amor como fórmula para solucionar conflictos.
De lo electoral a lo ejecutivo. Andrés Manuel López Obrador trata de brincar las barricadas calderónicas es decir, las montadas por los poderes reales: el empresarial, el mediático, el militar, principalmente mediante un gabinete que descansa en la reiteración de figuras del retablo de quienes acompañaron a AMLO en su gobierno y en nuevos nombres que suplen a las figuras originalmente pensadas, pero que ante la fraudulenta derrota electoral prefirieron resguardarse en segundos planos y no pelear ni ejercer las funciones que en caso de victoria reconocida habrían exigido como cuota ganada (cacharros de las circunstancias). López Obrador inicia una gira por algunos estados del país con un equipo de trabajo que no levantó el ánimo de quienes esperaban en ese gabinete una confirmación de fuerza y con el reto de volver a colocar en un primer plano de interés la continuidad del conflicto electoral con la toma de posesión de la presidencia legítima que le asignó la Convención Nacional Democrática.
Astillas:
Manuel Espino, presidente nacional del PAN, miembro distinguido de la facción de El Yunque y promotor entusiasta de la injerencia de derechistas españoles en la política mexicana, estuvo en Caracas el viernes pasado (cuando menos). Espino desayunaba ese día en el hotel Tamanaco Intercontinental de Caracas. Al siguiente día habría una manifestación de "cientos de miles"de personas, según los organizadores, en apoyo a Manuel Rosales, opositor a Hugo Chávez. El mencionado Rosales acusa al actual presidente venezolano, quien busca una nueva relección, de fomentar el miedo y llevar al país hacia el comunismo (ya nada más falta que lo asocien en términos de propaganda con López Obrador y que declaren al propio Chávez "un peligro para Venezuela"). Por una extraña asociación de ideas, el despistado tecleador aprovecha para comentar que, en ruta hacia los comicios presidenciales venezolanos, que se realizarán en un mes, Hugo Chávez exigió a George W. Bush que amarre a sus "locos" que pretenden desestabilizar ese proceso electoral sureño... Y, mientras Calderón va pagando deudas de campaña: hoy con Carlos Hermosillo en asuntos deportivos, luego con los priístas-zedillistas que dieron el cambio a última hora; más delante con los empresarios financistas y, desde luego, con las trasnacionales solidarias, ¡hasta mañana, en esta columna que se pregunta cuándo se dictará pena de muerte contra los responsables de los crímenes cometidos por los invasores contra la población de Irak!