Emite la comisión dictamen en contra de Celis López en el caso del deceso de paciente
Directivo del INN incurrió en mala práctica médica, señala Conamed
Permitió la dilación e irregular atención clínica proporcionada al epiléptico Isaac Vidal
Ampliar la imagen Los servicios del área de epilepsia del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía son deficientes y carecen de lineamientos oficiales o los médicos de esta especialidad omiten darles seguimiento, señaló la Conamed Foto: Archivo La Jornada
Los servicios del área de epilepsia del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INN) Manuel Velasco Suárez son deficientes. Carecen de lineamientos oficiales o, por lo menos, los médicos involucrados en esta área omiten darles seguimiento. Y no lo hace ni siquiera el coordinador del comité institucional de epilepsia, Miguel Angel Celis López, quien además incurrió en mala práctica médica al permitir la dilación e irregular atención clínica proporcionada al paciente Isaac Vidal Bobadilla.
Así lo determinó la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) en el dictamen emitido a petición del órgano interno de control del INN, en torno a la queja presentada por la familia de Isaac Vidal, quien falleció el 2 de noviembre de 2005 a causa de una crisis de epilepsia.
Los quejosos señalaron a Celis López como el principal responsable de la deficiente atención médica que recibió Isaac, debido a, entre otros hechos, que a pesar de la decisión del comité de epilepsia del 8 de noviembre de 2004 para que se realizaran al paciente estudios de siquiatría y neurología, éstos se efectuaron hasta siete y ocho meses después. Todavía más, pues, luego de un año de dicha indicación, no se le había dado cita para que fuera evaluado en la Clínica de Epilepsia.
El deceso de Isaac Vidal fue el argumento utilizado el miércoles primero de noviembre por el director del INN, Julio Sotelo Morales, para rescindir el contrato del médico tratante, Rodolfo Ondarza Rovira, quien desde 2002 había recomendado la realización de una cirugía estereotáctica. Lo anterior, debido a que la epilepsia de Isaac no respondía a los tratamientos farmacológicos y a que se originaba, según el neurocirujano, en el lóbulo temporal izquierdo.
Ese mismo año el comité de epilepsia avaló la realización de la operación quirúrgica y el nombre del paciente fue inscrito en la lista de espera de cirugías del INN. Sin embargo, luego de más de un año y medio el procedimiento seguía pendiente.
Al revisar el expediente, la Conamed opinó que una vez retomado el caso de Isaac en el INN, en el año 2004, Celis López, quien para entonces ya tenía el cargo de coordinador del comité de epilepsia, debió supervisar que los estudios se llevaran a cabo con diligencia para actualizar el protocolo de estudio del paciente, sobre todo luego de que el comité a su cargo había señalado la inviabilidad de la cirugía estereotáctica. Sin embargo, no ocurrió.
El mismo comité de epilepsia opinó que los medicamentos prescritos por Ondarza Rovira podían haber agravado las crisis convulsivas de Isaac. La Conamed resolvió que Ondarza Rovira actuó correctamente y puntualizó que "el paciente no fue lesionado por el tratamiento antiepiléptico" indicado por el especialista.
Más adelante, el dictamen médico entregado en el INN el 16 de octubre pasado, señala la responsabilidad en que incurrió el neurocirujano al no haber referido a Isaac Vidal a la clínica de epilepsia y quedar como interconsultante, además de que "propuso tratamiento quirúrgico sin abundar en el estudio del paciente".
Al respecto Ondarza Rovira, quien cuenta con capacitación especializada en la cirugía estereotáctica para el control del mal de Parkinson, epilepsia y tumores cerebrales, aseguró que médicos de diversas especialidades evaluaron a Isaac Vidal y concluyeron que podía realizarse la cirugía. El problema es que entre 2002 y 2004, dijo, se produjeron salidas de varios de los médicos del INN, y no había un encargado de la clínica de epilepsia. El, por su parte, se desempeñaba como responsable del módulo de neurocirugía estereotáctica y funcional. Aún así, indicó, Isaac también había sido sometido a estudios clínicos en otras instituciones de salud, los cuales coincidían con su diagnóstico y la procedencia de la operación.
Luego de una hospitalización de Isaac en julio de 2005, durante la cual también fue víctima de mala práctica médica de acuerdo con la Conamed, el comité de epilepsia ratificó que el paciente no era candidato para cirugía y que el diagnóstico de Ondarza Rovira era equivocado.
La Conamed advirtió otra irregularidad en el comité de epilepsia, pues si Ondarza Rovira había incurrido en mala práctica clínica, no debió permitir que Vidal Bobadilla continuara bajo su cuidado.
También recomendó al órgano de control interno del INN dar seguimiento a la denuncia de la familia de Vidal Bobadilla respecto a la propuesta que les hizo Celis López para que se realizara a Isaac un tratamiento de radiocirugía, en lugar de la cirugía estereotáctica propuesta por Ondarza, lo cual además de la confusión que creó en los afectados, contradecía el dictamen del comité de Epilepsia respecto a que el paciente no era candidato para un procedimiento de este tipo.
El dictamen médico de la Conamed forma parte de la investigación que lleva a cabo el Organo de Control Interno del INN, a la cual se refirió la Comisión Nacional de Derechos Humanos en la orientación dada a Abraham Vidal Bobadilla, hermano de Isaac, el 16 de octubre de 2006, para que, si lo consideraba conveniente, con base en sus resultados, procediese legalmente en contra de quienes resultasen responsables de la atención médica proporcionada a Isaac.
Esta orientación, sin embargo, fue el argumento utilizado por el director del INN para rescindir el contrato de Ondarza Rovira.